La campaña electoral por el mundo: RD tiene mucho que aprender  

<STRONG>La campaña electoral por el mundo: RD tiene mucho que aprender</STRONG>  

Una campaña política o campaña electoral es un esfuerzo organizado que se lleva a cabo para influir en la decisión de las personas e instituciones.

El año 2012 trae consigo muchos procesos electorales. Hubo elecciones en España y en Francia. Próximamente las habrá en México, Estados Unidos y Venezuela. La República Dominicana se inscribe en esta ola, ya que el próximo 20 de mayo en el país habrá elecciones, con las cuales estaremos decidiendo nuestro destino para los próximos cuatro años.

Estamos en campaña. Antes del proceso de la elección, los candidatos tienen un tiempo que es establecido por la Ley Electoral 275-97, del 21 de diciembre de 1997, para realizar su campaña proselitista y presentar sus propuestas ante los electores. El objetivo ideal es que la población tenga la oportunidad de discernir entre uno y otro, y así elegir su candidato favorito.

El caso de España. En países como España, los candidatos cuentan con un tiempo límite de 15 días para realizar proselitismo. Los ayuntamientos deben de proporcionar los locales para sus eventos e indicar los lugares para colocar las vallas.

Los candidatos realizan publicidad en emisoras y diarios privados y el gasto no puede superar el veinte por ciento de su  presupuesto.

Algo súper interesante es que el artículo 50 de la Ley Electoral dispone que el organismo que haya convocado las elecciones sólo pueda colocar publicidad en espacios de comunicación gratuitos.

“Los poderes públicos que en virtud de su competencia legal hayan convocado un proceso electoral pueden realizar durante el período electoral una campaña de carácter institucional destinada a informar a los ciudadanos sobre la fecha de la votación, el procedimiento para votar y los requisitos y trámite del voto por correo, sin influir, en ningún caso, en la orientación del voto de los electores», reza la legislación.

El artículo añade que esta publicidad institucional se realizará en espacios gratuitos de los medios de comunicación social de titularidad pública del ámbito territorial correspondiente al proceso electoral de que se trate.

Otra interesante disposición es que durante la campaña el Gobierno no puede realizar ninguna inauguración de obras. El artículo 50 lo establece así: “Desde la convocatoria de las elecciones y hasta la celebración de las mismas queda prohibido cualquier acto organizado o financiado, directa o indirectamente, por los poderes públicos que contenga alusiones a las realizaciones o a los logros obtenidos, o que utilice imágenes o expresiones coincidentes o similares a las utilizadas en sus propias campañas por alguna de las entidades políticas concurrentes a las elecciones”.

Establece también que: “Durante el mismo período queda prohibido realizar cualquier acto de inauguración de obras o servicios públicos o proyectos de éstos, cualquiera que sea la denominación utilizada, sin perjuicio de que dichas obras o servicios puedan entrar en funcionamiento en dicho periodo”.

El caso de México. Las elecciones méxicanas se llevan a cabo el primer domingo de julio. La campaña tiene una duración de seis meses. Sin embargo, tres días antes no se realiza proselitismo, a esto se le llama período de reflexión.

En cuanto a la publicidad, se designan los lugares para colocar vallas y solo se puede gastar el cincuenta por ciento del presupuesto. Algo muy llamativo es que los lugares de campaña son de uso común.

Al igual que en España, el Gobierno no puede hacer campaña. «Durante el tiempo que comprendan las campañas electorales federales y locales y hasta la conclusión de la respectiva jornada comicial, deberá suspenderse la difusión en los medios de toda propaganda gubernamental”, detalla el nuevo artículo 41 de la Constitución.

“Las únicas excepciones a lo anterior serán las campañas de información de las autoridades electorales, las relativas a servicios educativos y de salud, o las necesarias para la protección civil en los casos de emergencia”, anade el artículo.

Además, la participación de los candidatos en los medios de comunicación debe ser equitativa. Así lo dice la ley: “Los  espacios  en  los  medios  de  comunicación electrónicos cuya administración  corresponda  a  las  dependencias, organismos descentralizados  o  desconcentrados  del Poder Ejecutivo del  Estado, que  en  adición  a  los  actualmente otorgados gestione y obtenga el Consejo General, se repartirán igualitariamente entre los partidos políticos  o  coaliciones que  registren  candidatos  para  esta contienda  electoral,  y  serán  sorteados en el seno de la comisión  de prerrogativas  creada mediante acuerdo número uno de la sesión del Consejo General de fecha 29 de mayo de 1996”.

Sobre las encuestas, en el Artículo 16 del reglamento electoral, dice que durante los ocho días que anteceden a la jornada electoral,  no  se  podrá  difundir  o  publicar  en  cualquier  medio  de comunicación  los  resultados  de  las  encuestas  o sondeos sobre preferencias electorales de los ciudadanos. 

Respecto a la retirada de la propaganda, en el artículo  21 indica que: «Una  vez  finalizadas  las  campañas  electorales  y dentro  de  un  plazo  de  60  días  posteriores a  la  jornada electoral, los partidos  políticos  y  coaliciones,  deberán  coadyuvar  en  el retiro  de  la totalidad de su propaganda fijada en los espacios de uso común y en los elementos del equipamiento urbano».

El caso Dominicano. Al igual que otros países,  la República Dominicana cuenta con un reglamento electoral. Según lo establecido por la Junta Central Electoral (JCE), la campaña inicia tres meses antes de las elecciones, pero la realidad es que un año antes ya los partidos están en las calles buscando votos.

Asimismo, hay reglamentaciones para la colocación de afiches, pero lo cierto es que  la capital dominicana y todas las provincias están inundadas de vallas y carteles, no obstante los ayuntamientos determinen un lugar para los mismos.

La paz pública también merma en campaña. Los famosos «Disco lights» transitan por calles y avenidas del país indiferentes al estudio de los jóvenes,  la enfermedad de algún envejeciente o el derecho al descanso de cualquier ciudadano.

Igualmente los “bandereos” son un factor extra para el ya complicado tránsito.

“Aunque las elecciones son el 20, la campaña cierra el 18, así que EN SOLO 8 DIAS SE ACABAN LAS «DISCOLAI»!!! Gloriaaaaa!!!” dice la comunicadora Yolanda Martínez en su cuenta de twitter.

El sentimiento es generalizado pues en el ambiente se respira el hastío de muchos que anhelan que se llegue a un resultado el 20 de mayo y así no tener que verse sometidos a la campaña que implicaría la celebración de una segunda vuelta.

En conclusión, la República Dominicana es un país que gusta mucho de imitar ejemplos de vida foranéos. Quizás si para algo sea útil el odioso complejo de Guacanagarix es para aprender que las leyes deben respetarse, incluyendo el reglamento de campaña electoral. Igualmente para que las autoridades electorales y los partidos políticos comprueben que sí se puede, que hay otra forma de hacer campaña y que sólo falta que se envalentonen y se dispongan a cumplir la normativa, después de todo esa sería la mejor oferta electoral.

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