La campaña global de China

La campaña global de China

POR HOWARD W. FRENCH
SHANGHAI, China.- En el último año, el gobierno chino y algunas de sus compañías más grands han recorrido a saltos el mundo, desde Australia hasta Angola y de Canadá a Sudán, emitiendo cheques enormes. La idea es asegurarse suministros de petróleo y otras materias primas con las cuales proveer al formidable sector industral de China.

El mes pasado, cuando el Presidente Hu Jintao recorrió Sudamérica, Argentina obtuvo convenios por valor de 20,000 millones de dólares, muchos de ellos en ferrocarriles y exploración energética, y Brasil no se quedó muy atrás, pues China acordó construir carreteras y oleoductos para ayudar a hacer llegar los recursos al mercado.

Es tentador ver esta borrachera de compras como un signo de fortaleza, o incluso prueba del surgimiento de China, finalmente, como el verdadero rival económico de Estados Unidos.

Pero muchos analitas ven la campaña global de China de búsqueda de recursos -y especialmente los elevados precios que está pagando- como un signo de debilidad e inseguridad nacional.

La razón para la ansiedad china, particularmente en los mercados energéticos, es que las grandes compañías occidentales ya están bien establecidas en las regiones petroleras más ricas y pueden superar financieramente a los productores de China. China también ve la presencia militar estadounidense en lugares como Irak, Afganistán y Uzbekistán como parte de una campaña para controlar las ricas reservas petroleras del Asia Central.

«China puede ser competitiva en mercados donde enfrente a equipos menores, pero no con los mayores», dijo Andrew Thompson, experto en China del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales, en Washington. «La paranoia es una forma de describir su comportamiento. Yo lo llamaría una aguda conciencia de su vulnerabilidad. Los nuevos chicos de la cuadra que no tienen confianza en el régimen de derecho porque no cuentan con él ellos mismos, no ven al sistema internacional como a su favor, y se involucran en una búsqueda constante de integración vertical en sus tratos de negocios, queriendo controlar todos los aspectos de lo que necesitan».

«La realidad básica, sin embargo, es que no tienen la capacidad de competir internacionalmente todavía».

Aunque algunas naciones donde China está firmando convenios petroleros costosos son importantes productores -como Irán, donde China comprometió 200,000 millones de dólares el mes pasado- la mayoría son jugadores nicho. China está gastando unos 1,000 millones de dólares en un convenio petrolero con Brasil que incluye contruir un oleoducto, una inversión que algunos analistas dicen podría costar tres veces el valor de mercado del petróleo involucrado.

China también ha invertido fuertemente en Sudán para encontrar, perforar y embarcar unos 70,000 barriles de petróleo diarios, un rendimiento relativamente pequeño. En Angola, China comprometió recientemente 2,000 millones de dólares para explotar un campo petrolero con una producción diaria estimada de apenas 10,000 barriles.

Si resulta que China está pagando demasiado por los recursos, la economía mundial pudiera sentir los efectos.

En un convenio estrechamente analizado, la estatal Minmetals Corp. de China está participando en una licitación para adquirir Noranda de Canadá, el tercer productor de zinc y noveno productor de cobre más grande del mundo, por unos 5,500 millones de dólares. Se espera que el acuerdo incluya el asumir una cantidad de deuda sustancial no reflejada en el precio en efectivo, y parece basarse en la suposición de que los precios de los básicos permanecerán altos indefinidamente, dijo Jason Kindopp, analista de China en el Eurasia Group, una firma consultora de riesgos políticos con sede en Nueva York. Kindopp dijo que China corría el riesgo de despertar un día para encontrarse con contratos vastamente inflados en una recesión mundial en el mercado de básicos, al igual que Japón sufrió pérdidas importantes después de pagar en exceso por activos internacionales durante su auge de los años 80.

La diferencia entre Japón entonces y China ahora es que la economía de Japón estaba mucho mejor preparada para soportar esas sacudidas.

«Querer salir y comprar participaciones en recursos naturales no es erróneo de manera inherente, pero se tiene que recorrer mucho camino, en términos de opiniones conspiratorias del mundo, para justificar la forma en que están actuando», dijo Kindopp. «La economía de China está muy desiquilibrada en este momento, con una abrumadora dependencia de la inversión contra el consumo; posiblemente es el país más desequilibrado en la historia humana», dijo, y añadió que «China está pagando precios altos por básicos hoy en día, y si su economía tropieza en cualquier forma importante, vamos a ver declinaciones realmente importantes en los precios y algún dolor muy grave como resultado».

Otros expertos reconocen una tendencia especulativa en la forma en que está invirtiendo China, pero dicen que los chinos consideran los precios justificados por la sensación de seguridad que llevan consigo.

«Las compañías chinas no son tan maduras como Shell o BP, las cuales pueden evaluar mejor el riesgo, pero por ahora, su prioridad es salir y encontrar nuevos suministros», dijo Han Wenke, subdirector del Instituto de Investigación Energética, una parte del Comité Estatal de Desarrollo y Reforma del gobierno chino. «Es muy difícil decir si estas inversiones redituarán a largo plazo. Pero todas estas compañías -compañías estatales- tienen accionistas, y controlarán eso».

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