La cañada Guajimía se desbordó en una parte del sector Herrera

La cañada Guajimía se desbordó en una parte del sector Herrera

La cañada Guajimía es todavía un lugar de peligro para las personas que ocupan los cientos de hogares levantados en las cercanías de su cauce y que bordean a varios sectores del municipio Santo Domingo Oeste.

Por lo menos cuatro viviendas fueron afectadas por las lluvias alrededor de Guajimía. Unas sufrieron la caída de paredes  y otras se llenaron de agua. Varias personas debieron buscar el amparo de familiares y amigos.

Muchos no lograron escuchar el repiqueteo del despertador en la mañana de ayer, a la orilla de la cañada Guajimía, próximo a la calle Altagracia en Las Palmas de Herrera.

Decenas de familias habitan en el fondo de un caserío, al que se llega a través de 32 diminutos escalones y donde Graciela Reye no pudo pegar un ojo en su sexto día de parida.

Pasó la noche entre pozos de agua, levantando hojas de zinc para ayudar al tío que le da albergue a tapar las goteras.

Esta sobreviviente de una agresión brutal de su primer marido, quien le propinó ocho puñaladas y la dejó por muerta sin pensar en sus tres hijos, volvió a quedar sola. Es madre soltera de otro bebé, al que tratan de salvarle la vida porque nació  tres semanas antes de lo normal.

En medio de la lluvia salió del hospital y abordó un autobús del transporte estatal, porque apenas contaba con cinco pesos. En medio de tal precariedad, se enfrenta al peligro que significa protegerse de la cañada y la tormenta tropical Hanna, que tocó a la República Dominicana.

Un tramo de la cañada Guajimía se desbordó el martes, en el lado que no tiene encache, llevándose la pared que la separaba de la destartalada vivienda de Valencia Núñez, hermana de padre de Reyes. El agua anegó su casa y tuvo abandonarla.

Los vecinos de esta zona dicen que no están seguros y que temen que la tormenta Hanna provoque una crecida mayor de Guajimía, sin ayuda de los organismos de socorro.

Consternados por drama
Por los callejones que conducen a la cañada Guajimía en la mañana de este miércoles se desplazaban  adultos y niños.

El tema obligado entre las vecinas era el análisis y la preocupación por su propia desgracia, compartida en pequeños espacios.

Treinta y dos escalones separan a Dolores Camilo de su vecina Sarah Sánchez, a quien llamó pasadas las 12:30 -luego de recoger su hogar- para preguntarle cómo amaneció.

La respuesta de Sánchez, la amiga que se encontraba más cercana a la corriente de porquerías que llevaba Guajimía, fue que amaneció con vida, “¡gracia a Dio!” Sin que se produjera espacio entre una conversación y otra, redactores de HOY penetraron a la vivienda de Sánchez -en construcción-. La mujer insistía en mostrar el desolador lugar donde habita, como ella misma dice, con un caño y tres goteras.

Su marido, Víctor Tejada gana el sustento de la casa colocando yeso en oficinas y residencias, o bien, decorando, pero últimamente no es solicitado para el oficio que aprendió por su cuenta.

Los cuadernos de los tres niños que procreó el matrimonio se mojaban en la medida en que la lluvia se intensificaba. Sánchez, que a sus 39 años de edad no ha conseguido un primer empleo, no cesaba en su afán de sacar el agua del piso.

Ausencia de todo
Francia Santos tiene por casa una  casucha de muy pobre construcción y con menos espacio que el tamaño promedio de una  habitación. Hacinados están ella, su marido y sus seis hijos. Paga 650 pesos por un predio de la cañada Guajimía. Todo lo que el hogar gasta tiene que estar apegado a los RD$3,000 que el marido cobra en una textilera de la Zona Industrial de Herrera, donde labora de 8:00 de la mañana a 6:00 de la tarde, sin pago de hora extra. Francia barre las calles de Santo Domingo Oeste y el cabildo le paga un sueldo de RD$2,300.

Zoom

Mejora en  algunos
Los 208 apartamentos construidos por la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) con fondos aportados por el gobierno de Canadá  cambió el estilo de  vida de igual número de familias residentes en la vecindad de la cañada de Guajimía. Otras siguen a la espera de que se limpie la hondonada y que se terminen los proyectos habitacionales pendientes, para salir de las corrientes de agua que los arrastra cada vez que llueve.

La clave

1.  Casa y limpieza cañada

Las peticiones de los habitantes de Las Palmas de Herrera no son ambiciosas, más bien se limitan a salvar vidas. Quieren que el gobierno empiece por sanear la cañada en la zona que no fue tocada y que distribuya los apartamentos pendientes de ser entregados en el proyecto de Guajimía, en la avenida México. Demandan que se les entreguen los apartamentos construidos en el sector Iván Guzmán Klang. Algunos tienen la certeza de que podrían ser asignados a dirigentes del político afines al gobierno. Nicolás Rolando Sánchez no pudo trabajar ayer. Debió destinar la mañana a reparar techo. Clavos y madera fueron levantados por las fuertes lluvias de la noche del martes, cuando pocos lograron dormir.

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