La canción de la vida

La canción de la vida

Hay una eterna poesía, la de la vida; sublimizala, no busques la inspiración, ella llega. El poema de la vida es infinito, tiene variedades y múltiples formas, por eso existe el dolor y existe la alegría, la inquietud y el sosiego, el amor y la belleza.
El tono de lo alegre no es más que una escapada de lo triste, por eso reconforta al espíritu, le da forma, por eso decimos que vivimos cuando una nota de alegría nos sacude, pero un sacudimiento que es sublime, un gesto que podría llamarse maravilloso; la inquietud de la búsqueda intensa, esa alegría, ese gesto, esa es la vida. Esa maravilla incesante que no se agota durante el transcurso de la vida, la inquietud, si la sabemos modelar en nuestro inconsciente, nos da vida, vida espiritual, que no biológica.
No trates de buscar lo tangible y vivir solamente de eso, porque entonces te convertirás en un materialista. Piensa, medita tus actos, la vida suele ser a veces traicionera pero por ello no deja de ser bella, recuerda que el poema de la vida es una serie de combinaciones que terminan en un lugar hasta donde no podemos llegar. Piensa que lo pensado ahora o mañana no es asunto perdido, el tiempo es lo único que se pierde para siempre, porque la historia es la encargada de guardarnos sus recuerdos, que no pueden borrarse y perduran en las páginas de oro, luego es el tiempo de ahora, el que perdemos miserablemente, por que el otro, ese perdura, como la obra de Duarte la de Martí o la de Bolívar o la de Pasteur no se pueden borrar.
¿Y esto que pensamos ahora se lo traga las sombras? No, la sombra no se traga esto de ahora. Lo importante es no vivir en el aire.
La canción de la vida, es canción para todos, porque en ella está presente el espíritu que es la propia vida. No la mates en ti, porque tu búsqueda debe ser permanente, inconmensurable, infinita, intensa, inagotable y verás que el amor es el cielo de la vida.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas