La canela agrega gusto y aroma a platos dulces y salados

La canela agrega gusto y aroma a platos dulces y salados

La verdad es que no sé a qué huele la flor de la canela, que es de color blanco amarillento; pero sé muy bien a qué huele la canela, uno de mis aromas favoritos, especialmente a la hora de perfumar los postres que más me recuerdan la infancia, como las natillas o el arroz con leche.

La canela es una de las especias más valoradas a lo largo de la Historia. Es la segunda corteza de un árbol de la familia del laurel, cuyo nombre científico es Cinnamomum verum, pero también Cinnamomum zeylanicum, en clara referencia a su origen, que se sitúa en la isla de Ceilán. [tend]

Los «palos» de canela se forman con los mejores trozos de esa corteza, que se enrollan a mano, prensándolos con los bordes juntos. Esa manipulación les da aspecto de cañas, de donde procede su nombre. Los palos se lían diariamente, hasta que están bien secos, momento en que se vuelven suaves, finos y quebradizos.

Ya la Biblia hace referencia a la canela; en el Exodo, Dios ordena a Moisés consagrar el Templo con sustancias aromáticas, entre ellas la canela. Parece que ya la conocían los egipcios en el año 3000 antes de nuestra Era.

Y en la Edad Media, era una de las especias más preciadas, junto con la pimienta; entraba en la composición de la salsa llamada «camelina», que se hacía con almendras peladas, miga de pan, uvas pasas, canela, clavos de olor y agraz (zumo de uvas verdes).

La canela se vende en rama (en palos) o ya molida. Como ocurre con todas las especias, es mejor comprarla «entera» y molerla en casa a medida que vaya haciendo falta: conserva mucho más y mejor su aroma.

Durante algún tiempo, la canela fue monopolio portugués, hasta que los holandeses se hicieron con la isla de Ceilán, en 1636; desde entonces, fue la «Jan Compagnie» (la Compañía Holandesa de las Indias Orientales) la monopolizadora… hasta que, en 1776, pasó a manos inglesas. Hoy, la mejor canela, la más apreciada, sigue siendo la de Ceilán, aunque se cultiva también en las Seychelles, la India o Brasil. EFE

[b]Usos en la cocina[/b]

Si quieren hacer un helado de canela, hiervan juntos un litro de leche entera con medio de nata y 180 gramos de azúcar. Cuando el azúcar se haya disuelto, retiren todo del fuego y añadan unos 30 gramos de canela en polvo. Dejen que se haga una infusión, hasta que esté todo frío. Añadan entonces diez yemas de huevo, filtren la mezcla y caliéntenla al baño maría hasta que tenga consistencia de natilla. Finalmente, procesen esa crema en la sorbetera. Una delicia.

Como lo es la canela, en estado puro, con la que suelo cubrir toda la superficie de mi arroz con leche; la canela, además, parece tener el benéfico efecto de disminuir la glucemia… aunque esta propiedad, claro, se ve disminuida por el hecho de que solemos tomar la canela combinada con azúcar.

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