Clásica y con porte burgués, la capa española, prenda de abrigo y de mucho prestigio que han lucido emperadores, reyes, papas, toreros, artistas, políticos, y también mujeres, hoy es tendencia. Se ha convertido en la prenda de abrigo más deseada de la temporada.
En distintos materiales, estampados y grosores, la capa es apta para cualquier hora del día.
Así se pueden ver tipo trenca de lana, simulando ser una cazadora de cuero estilo “biker”, imitando un abrigo de paño “oversize” o con detalles de pana.
También se ha visto en algunos de los modelos que han desfilado por la pasarela en terciopelo con bordados, tipo “loden”, estampada con cuadros escoceses o de paño negro.
El regreso de la estética “preppy” ha hecho de las capas una de las piezas más novedosas de la mano de firmas como Celine, Burberry, Prada, Valentino, Miu Miu, Dior, Chanel, o Max Mara.
La firma española Oteyza, al frente del dúo creativo Paul García de Oteyza y Caterina Pañeda, reconoce que esta prenda entra dentro del “universo folclórico”, pero ahora está rompiendo moldes dentro de la moda masculina y femenina.
Patrones de ayer para prendas de hoy, en la capas actuales se funden la tradición y la vanguardia. Las firmas han reinventado este romántico abrigo añadiendo detalles y proponiendo nuevos patrones.
Así, la capa se muestra en muchas versiones, desde los modelos más clásicos y lisos hasta los más barrocos, pasando por las capas estampadas, reversibles o los modelos opulentos cubiertos con lujosos bordados y cristales de roca.
Historia de la capas. La historia de la capa se remonta a un trozo de tela redondeado con una abertura que facilitaba la adaptación al cuello.
El año 1066 se considera la primera fecha en la que esta prenda aparece en una ilustración. En ella se ve a un pastor con la capa sobre el hombro. Puede, incluso, que sea la evolución del poncho, de origen andino, pero lo que hoy está claro es que esta manta cuadrangular de lana, seda, algodón, cuero, lino o sarga que ha abrigado a indígenas, presidentes de Gobierno o militares, vive un renacer sofisticado y salta a los escaparates de todo el mundo.
“En los años 20 del pasado siglo aparece el primer superhéroe con capa, “El Zorro”; después la vistieron Elvis Presley, el grupo ABBA y Superman, pero este manto cobertor e indicador de jerarquías, la capa, se remonta a la prehistoria”, explica a Efe la jefa de Colecciones del Museo del Traje (CIPE) de Madrid, Concha Herranz.
La experta asegura que esta pieza es la indumentaria “más antigua que se puede encontrar en todas las culturas”.
La capa española es un trozo de tela que cae desde los hombros hasta los tobillos, “una circunferencia de paño de 360 grados a la que se le añade un cuello de pie”, explica Herranz.
A lo largo de la historia, esta prenda ha evolucionado y ha ido sumando detalles, de tal manera que en su día se le añadió una “capelina más pequeña que abrigaba los hombros”, dice Herranz, quien detalla que el cierre de esta prenda consiste en “dos piezas unidas con una cadena o cordón”.
El interior de la capa se resuelve con el forro y las vistas, “dos tejidos que se incorporan a su paño”, cuenta Herranz, quien hace hincapié en la importancia de las vistas, pieza que se confecciona con terciopelo en colores contrastados o bien con estampados florales, y que se apoya sobre el hombro izquierdo.
Su largo ha ido variando en función de la modas y de la estatura de los hombres, dado que es una prenda que se hereda generación tras generación, “y no todos tienen la misma altura”.
Antiguamente, quien lucía una capa tenía buen poder adquisitivo, pues era una pieza de las clases más favorecidas de la sociedad y gran prestigio social en la Edad Media. En la época barroca también se vestía y fue el pintor Francisco de Goya quien, por primera vez, retrató a una mujer con capa. “Aparece en el cuadro ‘El quitasol’, una prenda suntuosa, muy lujosa”, dice Herranz.
Durante el Romanticismo y el modernismo fueron muchos los que lucieron capa española, entre ellos el escritor Mariano José de Larra o la poeta Rosalía de Castro.
En esas épocas “era impensable lucir una capa sin sombrero, bastón, pajarita o corbata, así lo dictaba la etiqueta”, explica el experto en Protocolo, Miguel del Amo. Desde 1901, la familia Seseña ha confeccionado capas de manera artesanal, y esa prenda ha tenido seguidores en todo el mundo desde Bruce Springsteen hasta Lady Di, pasando por Winston Churchill, Hillary Clinton, Rodolfo Valentino, Marcelo Mastroianni, Gary Cooper, Catherine Deneuve o Federico Fellini.
Ilustres españoles han lucido y lucen esta prenda, “considerada un ícono de elegancia y modernidad”, dice Del Amo, quien recuerda que “Picasso está enterrado con una capa española”.
Más que capa, los reyes han utilizado mantos reales y mantillones, pero Alfonso XIII fue fiel a la capa española, al igual que los reyes Juan Carlos y Sofía o el rey Felipe VI y doña Letizia, que han hecho gala de ellas en muchas ocasiones.
En los años 60 y 70, la capa se puso de moda, se impuso en los escaparates de la mano de André Courrèges y Paco Rabanne, diseñadores que propusieron un modelo “galáctico, sin apenas vuelo”, y hoy vuelve a estar de moda, clásica o versionada, por su poder con mayúsculas.