La capacidad de escuchar

La capacidad de escuchar

Joseline Brito
Casi nadie está en eso de escuchar. Es cosa de perder el tiempo -piensan muchos- en momentos como estos, en que la vida va muy de prisa y nadie quiere quedarse atrás; es como una ruleta loca que cada vez va más rápido. Oímos pero no escuchamos, nos hablan y simplemente asentimos, es un simple gesto, nada más, porque no sabemos de qué se trata, estamos pensando en otra cosa.

Porque es verdad que tenemos muchas cosas en qué pensar, el día no nos alcanza; faltan horas para hacer esto y lo otro, y por eso ese tiempo preciado no se puede desperdiciar para oír tonterías, es como nos estamos comportando, al parecer.

Por eso cada día nos quedamos más solos, más tristes, más amargados, más preocupados, por que así como no nos importan los problemas de los demás, a los otros tampoco tienen por qué importarle los nuestros.

¿Y nuestros  sentimientos, emociones, alegrías? También las vamos a postergar; los sueños los vamos a eliminar y por qué no también las sonrisas?

Está en cada quien la responsabilidad de vivir en armonía con sus  semejantes, de no dejarse contagiar el alma de amargura, de vivir cada día con entusiasmo, con la firma convicción de que es la mayor obra de amor de nuestro Creador.

Hay tiempo para todo, basta con que así lo entendamos. 

Escuchar a los demás es cada día más importante y en esa misma medida.

Escuchar realmente vale tanto. Muchas relaciones han sucumbido por que uno de los integrantes no escucha al otro, solo lo oye, pero no lo escucha.

Muchas otras relaciones han iniciado y se han fortalecido por el maravilloso don de ambos de escucharse mutuamente.

Escuchar es un don, una bendición, un desahogo y un un deseo de ayudar consumado.

Aprendamos a escuchar. Todos los que te rodean son importantes y merecen que les prestes atención.

Escuchar es un precioso tesoro, que nos grita ser el diamante más caro del mundo, sin embargo lo tratamos como vulgar carbón.

Una de las claves básicsa de la gente realmente exitosa es saber escuchar, tomarse el tiempo para ser auténticos y tener la habilidad de trabajar con personas que también vean la acción de escucha como fundamental.

Escuchense así mismos, escuchen a sus familias, compañeros de trabajo, desamparados, ancianos, voces internacionales, locales y de toda índole; comprométanse a escucharlo todo y a retener lo bueno, después de todo Dios nos da el libre albeldrio para decidirlo, entonces qué estás esperando, actúa y verás qué cambio radical experimenta tu vida.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas