La carta de Hipólito a Miguel

La carta de Hipólito a Miguel

La carta de Hipólito a Miguel se queda corta. Aunque tiene un objetivo correcto, pues busca enmendar un error cometido por la Comisión Política del PRD al cercenar la elección de la Secretaría General y de la Secretaría de Organización; sin embargo, esta carta no tiene en cuenta las aspiraciones de centenares de dirigentes en todo el país que aspiran a esos mismos cargos en cada zona, en cada municipio y en cada distrito municipal y en las seccionales del exterior.

De esta manera, más de 800 zonas se quedarán sin elegir a sus dirigentes, más de 100 municipios mantendrán en sus cargos a los presidentes del PRD en cada municipio. Lo mismo ocurrirá con los dirigentes en los distritos municipales. Para no hablar de los dirigentes de los frentes de masas y los organismos constituidos fuera del país.

Todos estos puestos quedarían congelados hasta las calendas griegas. Porque que nadie me venga a decir que después del 2010 se podrá montar una Convención para renovar la dirección media cuando estaremos ocupados en elegir el candidato presidencial del Partido.

Esta decisión de la Comisión Política manda un mensaje negativo a la base del PRD y a la sociedad. El mensaje es el siguiente: en el PRD no se respetan ni los Estatutos ni la democracia interna.

Peor aún. Hemos retrocedido. Los acuerdos de aposento, manejados por las cúpulas en los hechos se han convertido en norma -no en decisiones excepcionales- mientras los Estatutos siguen como letra muerta y las bases permanecen aplastadas como borregos. Nadie discute lo decidido con relación a la Presidencia del PRD al no haber competencia. Pero, Miguel Vargas Maldonado enviaría un mensaje negativo al pueblo y al partido que va a dirigir si se colude con una decisión de espaldas a las aspiraciones de las bases y las corrientes modernas en el sistema de partidos que prestigia la toma de decisiones por la militancia en un ejercicio correcto de democracia interna.

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