Tras las declaraciones que ofreció el ministro de Interior y Policía, Carlos Amarante Baret, quien afirma que el objetivo de las personas que se unen al movimiento Marcha Verde es desestabilizar al Gobierno, uno de sus integrantes le envió la siguiente carta:
Señor Ministro:
La vida está tan difícil en este país que, en esta ocasión, apelando a un espíritu de austeridad me ahorraré los saludos y la cortesía para usarla en un momento más oportuno con una persona que sea de mi agrado.
Luego de mi tosca, pero breve y precisa introducción, las siguientes líneas las utilizaré para aclarar algunas cosas que, al parecer, su miopía política le dificulta ver en estos momentos en que las aguas del océano social y político en nuestro país se encuentran tan agitadas dada la realidad coyuntural que la corrupción y la impunidad nos han impuesto a todos los dominicanos.
El Ministerio de Interior y Policía, que de hecho es una de las primeras instituciones creadas luego de la independencia nacional de 1844, y que ha sobrevivido hasta nuestros días, es una institución que por sus características y funciones ha de estar revestida de cierta solemnidad y credibilidad que no debe ser puesta en juego detrás de truchimanerias y politiquerías de quien ostente el cargo de ministro y a su vez funja como vocero de dicha institución.
La base legal sobre la que descansa el accionar y la institucionalidad de este ministerio cuenta con unas 33 leyes, unos 17 decretos y un manual de organización y funciones vigentes que le son vinculantes al señor Amarante Baret en su condición de ministro; en ellos están definidas las funciones y las aéreas de acción de la institución, que en primer lugar, y por sobre todas las demás, está la de Definir, coordinar y controlar la implementación de las políticas públicas, planes y programas que garanticen el derecho a la seguridad ciudadana.
Señor ministro, si le evaluamos partiendo de esta función esencial del ministerio que usted dirige y tomamos en cuenta los índices de inseguridad, criminalidad y delincuencia que vive nuestro pueblo, podríamos concluir que usted ha sido altamente deficiente en cuanto al cumplimiento de su deber.
Pero más aún le hemos visto arremeter, amenazar y tratar de amedrentar a los y las participantes en el movimiento social que se denomina Marcha Verde y que procura erradicar la corrupción y la impunidad que son dos factores que tienden a aumentar la inseguridad y la criminalidad, por lo que inferimos que lejos de enfrentar este movimiento debería usted y el ministerio que está bajo su cargo apoyar y garantizar la seguridad de quienes se manifiestan haciendo uso de otros derechos como la libre expresión y la libre reunión, libre tránsito y el derecho a la manifestación pacífica.
No olvide que entre sus funciones también se encuentra la de Promover y apoyar la adopción de políticas, planes y programas integrales para la prevención de la violencia generada en la convivencia social. Ha de tener usted en cuenta que la corrupción y la impunidad son tóxicas y lacerante de la convivencia social ya que se genera en detrimento de la calidad de vida de las grandes mayorías que producen riqueza con su fuerza de trabajo y que funcionarios desaprensivos se roban de las arcas públicas promoviendo con sus acciones uno de los peores tipos de violencia, dígase la violencia estructural.
Voy concluyendo, señor ministro, pues considero que usted ha de ser un hombre muy ocupado quizás más ahora con su nueva confesa función como escucha telefónico.
Hablar de planes para desestabilizar el Gobierno o el Estado de una nación como la nuestra no deberían producirse de una manera tan alegre y medalaganaria, señor ministro, por las implicaciones sociales y políticas que constituye que el encargado de la seguridad interior del país asegure tal cosa puesto que si no se trata de patochada suya y usted tiene en su poder información que le llevan aseverar eso, entonces le recomiendo actuar con ap,ego a la ley y proceder en consecuencia.
Podría usted señor ministro, con toda libertad recomendar al señor Presidente hacer uso del artículo 262 de la Constitución de la República sobre los Estados de Exención y 264 – Estado de Conmoción Interior, ante el peligro inminente de desestabilización que a usted tanto le preocupa.
Por si no lo ha leído le cito- El Estado de Conmoción Interior podrá declararse en todo o parte del territorio nacional, en caso de grave perturbación del orden público que atente de manera inminente contra la estabilidad institucional, la seguridad del Estado o la convivencia ciudadana, y que no pueda ser conjurada mediante el uso de las atribuciones ordinarias de las autoridades. Lo cual pondría al presidente en condiciones de resguardar la estabilidad, la institucionalidad y la paz pública.
Ya para terminar también le recomiendo leer las declaraciones públicas que hiciere el señor Lidio Cadet director de ética del Gobierno (y compañero suyo de partido) el 8 de diciembre del pasado 2016, cito- “La corrupción es un atentado contra la democracia y la estabilidad de la nación.” En el mismo comunicado hizo el siguiente llamado: “el director general de la DIGEIG vía el mismo comunicado institucional, también dirigió un llamado a los sectores de la sociedad dominicana, para aunar esfuerzos en aras de librar a la administración pública del cáncer de la corrupción y construir una República Dominicana inclusiva, con participación y colaboración de toda la ciudadanía en la edificación de una nación próspera y democrática.”
Llamado que asumieron miles de dominicanas y dominicanos que están en las calles desde el 22 de enero y a quienes usted ahora pretende amedrentar. No se distraiga, señor ministro, atienda a su trabajo, no se preste a vagabunderías politiqueras. Usted sabe que quienes desestabilizan y carcomen la nación son los corruptos y no las masas que hoy protestan.
Se despide de usted: Snayder Santana, uno más de la Marcha Verde.