En el primer peldaño de la escalera el zapato se hundió dentro de la madera fofa que parecía sólida. Ese era uno de los problemas de la casa, luego,
-el abastecimiento de agua potable era inconstante, se abría la llave de paso y ni siquiera aire expulsaban las tuberías,
-el sistema nacional de energía era cada vez más deficiente, pese a los anuncios de aumento de instalaciones de fuentes alternas y supuestos incrementos en la generación,
-el tránsito y tráfico de vehículos pasó del caos, conducir en algunas ciudades era el ejercicio del sálvese quien pueda,
-el precio de los alimentos de la canasta básica aumentaba de manera indetenible
-el descuido en la producción agropecuaria producía el periódico desabastecimiento y el consiguiente aumento de precios. Era una política agropecuaria inducida a crear falta de productos, así se enriquecieron los funcionarios que autorizaban y se adjudicaban las grandes importaciones de alimentos que podemos, debemos y tenemos la experiencia en producir,
-el constante aumento en el precio de los combustibles,
-la improvisación y el dejar hacer en contra de la educación nacional por parte de sus responsables, autoridades y maestros,
-la falta de respeto a la autoridad y la falta de respeto de las autoridades debido a la inexistencia de políticas públicas claras, definidas y aplicables,
-la permisividad y la corrupción de autoridades civiles y uniformadas que alimentan el tráfico ilegal de haitianos que ya están hasta en la sopa,
-la falta de iniciativa de las autoridades del sector salud y la escasa cooperación del aguerrido gremio de los médicos, cuyo espíritu de servicio es cuestionado constantemente,
-la falta de medicamentos y toda suerte de insumos imprescindibles para la prestación de servicios de salud para el total de la población,
-la avaricia indetenible de empresarios que juegan con aumentar el precio del dólar, sin que tengan medida en sus ambiciones,
-la mala fe y la práctica malsana de quienes dificultan e impiden la prestación de un total servicio de salud a los más necesitados, pisoteando y burlando las leyes de seguridad social,
-el acaparamiento y manejo de los fondos de la seguridad social, que solo beneficia a bancos que manejan los depósitos en su beneficio, mientras el dinero vale cada día menos y a la hora de las pensiones, que Dios nos coja confesados,
-la más formidable unión de criterios malsanos, voluntades distorsionadas, malas intenciones, en un concierto inédito de funcionarios y funcionarillos que administraron el patrimonio nacional solo para crear riquezas en su beneficio.
Ese y otros problemas forman parte del panorama que encontró El Cambio, cuando Luis Abinader asumió el poder. Se trabaja sin prisa, pero sin pausas.
Roma no se hizo en un día, así se referían los sabios a la capital del imperio.