Primitivo Cadete 
El gimnasta Audrys Nin Reyes juega billar en La Casa Dominicana en París. Foto-Ernesto Beltré.
En el acoger lugar se colocaban en pantallas todas las competencias de los Juegos Olímpicos París 2024 en las que participan atletas de República Dominicana
“La Casa Dominicana”, en la ciudad de París, se convirtió en un acogedor espacio para atletas y visitantes durante la celebración de la edición 33 de los Juegos Olímpicos.
Se trató de una iniciativa del programa Creando Sueños Olímpicos (Creso), la cual compartió con el Ministerio de Turismo, que de inmediato la hizo suya.
Felipe Vicini, presidente de Creso, explicó que la idea La Casa Dominicana le surgió en durante la celebración de los Juegos Olímpicos celebrados en el 2012 en Londres.
“Pude observar que algunos países tenían un punto de encuentro, donde celebrar, especialmente, los triunfos de sus atletas”, dijo.
Planteó su agradecimiento al Ministerio de Turismo, que se convirtió en su gran aliado en ese proyecto, que resultó todo un éxito durante la celebración de los Juegos Olímpicos París 2024, donde República Dominicana conquistó tres medallas, el oro de la corredora Marileidy Paulino y los bronces de los boxeadores Yunior Alcántara y Cristian Pinales.
“Siempre he dicho que los atletas son nuestros mejores embajadores y esa Casa Dominicana se creó para ellos y por ellos”, agregó.
La Casa
Fue un acogedor departamento de unos 300 metros cuadrados, ubicado al lado del Arco de Triunfo, en el centro de la ciudad de París, principal sede de los Juegos Olímpicos.
“La casa fue el espacio ideal para reuniones y el esparcimiento de los atletas dominicanos”, apuntó Manuel Luna, director ejecutivo de Creso.
Explicó que en La Casa Dominicana se pudieron ver, en diferentes pantallas, todas las disciplinas donde competieron los atletas de República Dominicana.
Se preparó una sala de gaming, donde los atletas disfrutaron de videojuegos en su tiempo libre, además de mesas de ping pong y otras atracciones, siempre pensando en la comodidad de los deportistas y visitantes en sentido general.
La Casa no solo fue un lugar de celebración, sino también de representación cultural. Al ingresar, los visitantes eran recibidos por carriles de atletismo, que simbolizan uno de los deportes más exitosos de República Dominicana.
Estos carriles llevaban a un pasillo con fotos de los medallistas olímpicos dominicanos, terminando en un espacio abierto para compartir y disfrutar de las competiciones olímpicas.
