La Catarsis del Confinamiento

La Catarsis del Confinamiento

Virgilio M. Malagón Álvarez

Los Estados de Excepción, se generan por diferentes causas, muy peculiares per se.

Cuando las naciones-estados recuren a esta draconiana medida, lo hacen en función del bienestar de la comunidad o simplemente como un mecanismo de represión dirigido al control total de la cotidianidad ciudadana.

Para el ciudadano común, estas medidas le originan muchos pesares, en el orden doméstico y laboral.

En el orden doméstico, le obliga convivir con seres queridos o, no muy queridos. Esta ambivalencia genera conflictos y estados de conducta que pueden dar al traste con los hogares sitiados.

En el orden laboral, las empresas recurren a los despidos masivos, no remunerados en muchos casos, lanzando a las estradas ciudadanos inconformes y, rodeados de impotencia, carencias e incompetencias, para poder generar los ingresos necesarios para subsistir dignamente.

Si establecemos una simple sumatoria de estas dos vertientes, lo domestico y lo laboral, arribamos a una formula muy precisa del origen de los conflictos sociales, que se potencializan con el Estado de Excepción.

Los manejos de crisis de este tipo requieren de una experiencia suma, en lo referente a garantizar lo siguiente:

 

1-Red de Suministros:

Los ciudadanos confinados necesitan suministros y vituallas para su aseo, alimentación, cuidados médicos, agua potable, energía continua, ocio, etc.

Estos elementos esenciales deben fluir, de manera secuencial, durante el estado de sitio nacional.

Muy pocos estados soberanos están preparados para afrontar las contingencias, que demandan estas cadenas de suministros, debido a factores de disponibilidad de recursos, logística experimentada y sobre todo, capacidad de demostrar probidad en el ejercicio de estas funciones.

Solo aquellos estados soberanos con las cualidades mencionadas podrán, de una forma efectiva, rauda y veloz, poner en operación un sistema de respuesta oportuno y eficiente.

Para garantizar esta red de suministro, se necesita el concierto del sector privado con los estamentos de poder, donde el rol de cada uno este MUY bien delineado y debidamente socializado.

2-Seguridad Ciudadana:

Si sumamos (el desempleo + el ocio forzado + el hacinamiento + el hastío + la desnutrición), entonces de repente nos encontraremos ante una implosión social que motivara a la autodestrucción del orden público: ¡UNA ENTROPIA NACIONAL!

Ante esta situación de indefensión ciudadana, ¨los que tienen algo que perder¨ de repente se encontraran en planos convergentes con esta masa de implosionados y entonces se consumara aquella famosa frase de Emely Thorne y Amanda Clarke: “A todos nos llega un momento en la vida en el que se nos escapa de las manos el control que nos mantiene cuerdos”.

Este estado entrópico, demanda la acción punitiva y eficaz del orden público, donde la coerción se desborda y se retroalimentan los odios y las pasiones; el Caos surgirá como Ley del Talión.

Hago estas reflexiones, debido a que veo intenciones precoces de confinamiento total y francamente, creo que no estamos preparados para ello.

Sigamos con esta 13 horas de recogimiento donde se le conmine a la ciudadanía respetarlo, aun sea mediante el imperio de la Ley.

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