La Ley No.86-00, promulgada el 26 de septiembre del 2000, autoriza a la Secretaría de Estado de Educación a fijar y regular las tarifas y cuotas mensuales o anuales que los colegios privados cobran a los padres o tutores de los alumnos matriculados en esos centros.[tend]

Dicha Ley se constituyó como una especie de respuesta de la sociedad dominicana ante la actitud de muchos de los propietarios de colegios privados de incrementar, año tras año, las cuotas mensuales a pagar por los padres o tutores de los alumnos.

La educación es un bien público por lo que la tarifa y otros cargos a cobrar en establecimientos docentes de carácter privado (entiéndase colegios) deben de responder siempre a la realidad del poder adquisitivo de la familia dominicana.

Lamentablemente, muchos dueños de colegios privados no conceptúan la educación como un bien público sino como una mercancía cuyo precio se rige por la ley de la oferta y la demanda.

La mayoría de los padres de familias dominicanas asocia el colegio privado a la excelencia y la escuela pública al desastre.

Esa percepción, aunque no respondía ni responde a la realidad, favorecía y favorece a los intereses de los dueños de colegios privados que observaban como, año tras año, su oferta de servicios se equilibra con la demanda de los mismos en niveles de precios muy altos.

La escuela dominicana es fundamentalmente pública.

Más del 70 por ciento de los casi 3 millones de escolares que tiene este país están matriculados en escuelas públicas. Por lo que hay más escuelas públicas buenas que colegios buenos y mucho más escuelas públicas malas que colegios malos.

La aplicación de la Ley 86-00 que fija y regula las tarifas y cuotas mensuales a pagar en establecimientos docentes de carácter privado exige la categorización de los colegios privados en función de una serie de indicadores que impactan en la calidad de la enseñanza que se imparten en esos establecimientos. Se trata de un trabajo técnicamente complicado que requiere del concurso de un personal especializado y con experiencias en esos menesteres.

Técnicos de la Secretaría de Educación que laboran en la Dirección General de las Instituciones Educativas Privadas de esa dependencia estatal dirigido por calificado educador Asís Mahfoud Miguel se abocaron a la realizaron del trabajo de categorización de los colegios privados con el objetivo de producir una herramienta que favoreciera la clasificación de éstos atendiendo a los recursos materiales y humanos de que disponen.

Fueron evaluados 2 mil 276 colegios privados en cinco aspectos: calidad del recurso humano; condición de la planta física; recursos didácticos; sistema de administración de recursos; y seguridad social del personal docente. Se presentación dos escalas de evaluación: una para los colegios que ofertan todos los niveles (inicial, básica y media) y otra para aquellos que solo ofertan educación inicial. Para todos los niveles la puntuación máxima era de 1000 puntos y las mínimas de 0 a 100. Los resultados se clasificaban en cinco categorías: excelente; muy bueno; regular; y recuperable (léase malo).

Los resultados fueron los siguientes: más de la mitad de los colegios evaluados no alcanzó la categoría de bueno; el 43.2% de los colegios evaluados fue estimado como regular, en tanto que el 8% eran considerado como malo.

Los resultados de esas evaluaciones dan cuenta que sólo un 2% de los colegios privados que operan en este país puede ser conceptuado como de excelente.

Las reacciones de los dueños de colegios no se hicieron esperar. Algunos expresaron su sorpresa ante el hecho de que sus establecimientos fueran calificados de regulares o de malos; otros alegaron que de sus colegios habían egresados estudiantes galardonados; y unos cuantos llegaron a la osadía de descalificar el personal técnico que intervino en las labores de categorización.

El trabajo de categorización de los colegios privados podría tener unos cuantos errores que afectaran a unos que otros colegios, algo normal en caso como éste dónde se evaluaron más de 2 mil establecimientos docentes.

La doctora Milagros Ortiz Bosch, Vicepresidente de la República y encargada de la Secretaría de Educación ordenó que el trabajo de categorización de los colegios privados fuera publicado en las páginas de Internet. El mismo está a disposición de todos.

Este redactor lo ha estudiado detenidamente y ha observado sus resultados, resultados éstos que vinieron a confirmar lo que todos los educadores sabíamos de antemano: pocos colegios privados excelentes; algunos que otros buenos; y un gran número de colegios privados tan malos con las más malas de las escuelas públicas.

Algunos padres se han acercado a este redactor en busca de explicaciones acerca del significado de algunas cifras del trabajo de categorización de los colegios privados con la intención manifiesta de matricular a sus hijos en colegios que han sido calificados por la Secretaría de Educación como de los mejores.

Las Universidades del país han sido evaluada en más de cinco ocasiones. Pero, por presiones de algunos dueños y ejecutivos de universidades privadas, los resultados de esas evaluaciones nunca se han publicado.

La Secretaría de Estado de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, al igual que como lo acaba de hacer la de Educación, debe proceder a publicar los resultados de las evaluaciones de las universidades y de los institutos superiores.

Cuando se publiquen los resultados de las evaluaciones de nuestras universidades y demás instituciones de educación superior a nadie deberá sorprenderle el hecho de que, en sentido general, la Universidad Autónoma de Santo Domingo aparezca como el establecimiento de educación superior de mejor calificación.