La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) expresó ayer su solidaridad a la Iglesia Católica en Nicaragua y monseñor Rolando Álvarez Lagos, debido a las amenazas y arrestos, la violencia y las vejaciones a que habrían sido sometidos por las autoridades de ese país.
“Nos unimos a las voces de tantos hermanos obispos de otras naciones y a la opinión pública internacional para manifestar nuestra solidaridad con los hermanos católicos nicaragüenses”, expresaron los obispos en un comunicado.
Señala que las ‘arbitrariedades’ contra pastores y laicos del pueblo nicaragüense son motivo de gran dolor e indignación, como también las profanaciones y destrucciones de objetos y lugares sagrados, que estarían siendo cometidos allí.
En el documento, los obispos dominicanos indicaron que pidieron a los fieles católicos orar para impetrar de Dios la gracia de que cese el hostigamiento que impide a los nicaragüenses vivir y expresar su fe en paz y libertad.
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Recordaron las palabras del Papa Francisco, quien invita a arrancar la “raíz perversa” de cualquier tentación y forma de persecución contra la fe y a elegir el camino de la fraternidad, porque de lo contrario todo será perdido.
Alentaron a sus hermanos nicaragüenses confiar en el Señor Jesús, que dijo “No temas pequeño rebaño, que su Padre ha decidido darles el Reino” (Lucas 12,32).
El Episcopado Dominicano dice que han estado encomendando especialmente en estos días en que celebran en todo el país el centenario de la coronación canónica de la Madre de la Altagracia. “Ella, bajo la advocación de la Virgen Inmaculada, interesada por todos ustedes”.
Indica que en estos el pueblo católico de Nicaragua momentos, pueden contar con su solidaridad y con la constante oración.
La carta pastoral está firmada por monseñor Freddy Bretón Martínez, arzobispo metropolitano de la arquidiócesis de Santiago y presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano y Faustino Burgos Brisman, obispo auxiliar de la arquidiócesis de Santo Domingo y secretario general de la conferencia.