La Central de Valores Dominicana

La Central de Valores Dominicana

CEVALDOM es una empresa que custodia la propiedad de miles de personas en títulos financieros.  Cada uno de los dueños de más de doscientos mil millones de pesos en bonos está propiamente anotado en los registros computarizados de la entidad. Son miembros de una especie de catastro virtual, con certificados de propiedad únicos e inviolables, ajeno a problemas de deslinde, duplicación  o inscripción fraudulenta que en ocasiones afecta la posesión de otros activos.

Los tenedores también tienen la facilidad de recibir los pagos por intereses directamente a sus cuentas bancarias.  Tan pronto CEVALDOM recibe de los emisores los fondos para estos pagos, ordena las transferencias desde la cuenta que tiene en el Banco Central.  Desde enero 2009, la compañía participa en el exitoso Sistema de Liquidación Bruta en Tiempo Real, desarrollado por las autoridades monetarias para asegurar al beneficiario el uso instantáneo de su liquidez.

En ese mismo año, el Ministerio de Hacienda realizó sus primeras colocaciones de bonos usando sus servicios como custodio y agente liquidador.  Banco Central ya ha procedido también a desmaterializar parte de su oferta de títulos. ¿Los valores nacionales para el depositario criollo? ¿Protección al custodio infante?  Ese camino se trató de trillar. A pocos meses de formada con un capital exiguo, tuvo presencia efímera en el articulado de los anteproyectos de leyes de bonos públicos.

La situación hoy es otra. Ambos emisores públicos son clientes voluntarios luego de someter a CEVALDOM a un riguroso proceso de evaluación técnica, para el que contaron con asesoría del Departamento del Tesoro y el Banco de la Reserva Federal.  Al igual que otros participantes del mercado de valores, Hacienda y el Central saludaron la apertura accionaria que inicia su transformación. Esta permite la vital asesoría de CAVALI, central de valores peruana, y el aumento de capital por importantes bancos del sistema, principalmente de Banreservas.  Un consenso de los administradores de esos bancos para apoyar la consolidación de CEVALDOM y un consejo de directores trabajador, eficaz e independiente, completan un repunte de película.

Con RD$21 millones de pérdidas acumuladas al cierre del 2007, los auditores externos indicaban “la existencia de una incertidumbre sobre la capacidad de la Compañía para continuar como un negocio en marcha.” El 2010 lo despidieron con RD$43 millones de utilidades acumuladas, la compra al contado del local que mandan los libros, seguridad tecnológica de frontera y aprobación para operar con un custodio internacional. Todo esto en un clima de armonía tarifaria que creo sostenible en el largo plazo, cosa rara en proveedores con exclusividad en sus servicios.  No queda espacio para nombrar los forjadores de esta historia de éxito, pero adivinarlos no es difícil. A ellos, gracias.

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