La chica de Ipanema

La chica de Ipanema

POR ALEXIS MÉNDEZ
Nació caminando a orillas de la playa. Fue el fruto de la relación amorosa  entre la inspiración y la belleza. La Belleza de Heló Pinheiro, hermosa muchacha de 16 años; y la inspiración de Vinicius De Moraes y Antonio Carlos Jobim, dos cuarentones cómplices de travesuras poéticas y musicales.

De marcar sus pies en la arena, ha pasado a marcar su melodía en el recuerdo de todo el que la ha escuchado. Ya cumplió 42  y es conocida por todo el mundo,  tarareada por todo el mundo. Es un cuadro que se convirtió en canción, la más popular que ha dado Brasil. Es “La chica de Ipanema”.

Cuenta la historia que todas las tardes Vinicius y Jobim se sentaban en un bar situado frente a la playa de Ipanema. Allí lo arropaba la bohemia mientras disfrutaban de un whisky. Pero la charla siempre era interrumpida  por el paso de una delgada y bella niña que de inmediato se convertía en el punto dorado del paisaje.

Un día, mientras observaban a la jovencita en su pasarela, Vinicius le comentó a Jobim- ¿Notaste que cuando ella pasa el aire se hace más volátil? Ni los egipcios, ni Einstein sabrían explicarlo.- Entonces nacieron los primeros versos: “Mira que cosa más linda/ más llena de gracia,/ es esa niña/ que viene y que pasa/ en un dulce balanceo,/ camino del mar”.

La primera interpretación de “La chica de Ipanema” ante un público la hizo el grupo Os Carioca, el 2 de agosto de 1962. Eran los años en que el valor sentimental de la música tradicional brasileña se mezclaba con la influencia rítmica del jazz, dando como resultado la bossa nova. Esta creación de De Moraes y Jobim es la muestra más emblemática de esta expresión musical.

La versión más conocida es la grabada por el trovador Joao Gilberto y el saxofonista Stan Getz en su disco Getz/Gilberto, de 1963, y que contó con la participación de la cantante  Astrud Gilberto, y el mismo Jobim en el piano. Esta fue nominada a siete premios Grammys, de los cuales ganó cuatro, entre ellos el de mejor sencillo, superando a “I wanna hold your hand” que en aquel momento desataba la Beatlemanía en Estados Unidos.

Hay una larga lista de versiones. Jobim grabó varias. En su disco “Tide” de 1970, hizo un instrumental que escuchándola se puede llegar a arañar las nubes. Otra es la realizada por Sergio Mendes, también instrumental. El cantautor Iván Linz la grabó en su álbum “Jobiniando” (un tributo a Ton Jobim) Kenny G hizo una versión muy noble, a dúo con Bebel Gilberto. Está incluida en su producción “Classics in the key of G”. También, en su disco en vivo desde Montreux, Joao Gilberto la trae a guitarra y voz.

Son muchas, y cada quién le da su toque personal, porque cada quién la hace suya al interpretarla. “La chica de Ipanema” es de esas canciones que todo compositor hubiese querido escribir. Es el sello que legalizó la calidad de Vinicius De Moraes y Ton Jobim, y que les dio el paso hacia la inmortalidad. Además le perpetuó la fama a la modelo  Heló Pinheiro, que con más de 50 años todavía es vista como un símbolo de la belleza, en su país y fuera.

“Ah, si ella supiera que/ cuando ella pasa/ el mundo, sonriendo, / se llena de gracia/ y parece más lindo/ gracias al amor”.

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