La Chocolatera

La Chocolatera

LOURDES CAMILO
Nunca antes había visto tantas voluntades en pos de un proyecto cultural y de desarrollo de una comunidad.

Desde marzo de 2001, en el que por decreto se concedieron los terrenos de La Chocolatera a la Secretaría de Estado de Cultura, los artistas, escritores, poetas y empresarios visionarios de Puerto Plata no han dejado de luchar por conseguir sus propósitos.

Ellos creen en ese espacio como el gran centro educativo cultural de toda Puerto Plata, que le serviría al Centro Histórico y al puerto como punto turístico cultural.

Pero, ¿qué es La Chocolatera? se preguntarán algunos.

Fue La Chocolatera una industria que se desarrolló en la Era de Trujillo.  Enormes estructuras de metal albergaron la primera fábrica de elaboración del cacao en nuestro país. (Todavía hoy pionera, dado que nuestro cacao sale de los puertos con el secado al sol de la semilla como único valor agregado hacia grandes ciudades, donde lo convierten en deliciosas tablas de chocolate que luego importamos, algunas con la nota que nos llena de orgullo, y de costo, que dice “Elaborado con cacao de la República Dominicana”).

Trujillo, el omnipotente, decidió ponerle precio al cacao.  Los costos de los agricultores eran más altos que lo que les pagaba por sus productos. Quebró aquella poderosa industria que daba empleos a cientos de trabajadores de la zona norte cuando tras su muerte pasó a ser pasto para el medro de políticos y vividores y así se perdió un renglón de exportación de valores agregados al cacao que pudieron ser importantes para el país.

Allí quedó la imponente estructura en hierro forjado de aquella fábrica (nave que es icono de la modernidad en Puerto Plata), recuerdo de lo que debió dar frutos por muchos años.

Quedó también un extenso terreno donde todavía, a pesar de la depredación, sobrevive un hermoso bosque de árboles endémicos apadrinado hoy por la Secretaría de Estado de Medio Ambiente.

Y los puertoplateños insisten en que se debe recuperar el inmueble patrimonial, como se ha hecho en otras ciudades con gran acierto.

 Ellos organizaron, junto a la Secretaría de Cultura, a principios de julio. un seminario con representación de instituciones y personalidades del país, logrando traer por segunda vez, para orientarlo, al experto arquitecto franco-chileno Leo Orellana,  realizador del parque de La Villette, en París, Francia, entre otros muchos trabajos, y quien a finales de 1996 creó y desarrolló el programa interministerial SIRCHAL (Seminarios internacionales sobre la revitalización de centros históricos en las ciudades de América Latina y el Caribe).

El objetivo fue determinar alternativas viables que puedan ser implantadas en los terrenos de La Chocolatera.

Como resultado de este Atelier SIRCHAL II, se habrá de recuperar el espacio del inmueble para iniciar actividades regulares en el lugar.

 Y con la Secretaría de Estado de Educación se iniciará la construcción de la escuela que ha estado fungiendo como tal en un viejo galpón a punto de sucumbir (parte del conjunto) en pésimas condiciones ambientales; precario local que alberga más de 1,500 niños y niñas que poseen, a pesar de las limitaciones para la docencia y el estudio, el mejor índice académico de toda la provincia.

Doña Alejandrina, mujer preocupada y de gran capacidad gerencial, ha dado su anuencia a este proyecto que la Secretaría de Cultura avala con entusiasmo.

INFOTEP y el Despacho de la Primera Dama desarrollarán programas educativos, mientras se trabaja en un proyecto Magneto que dé a Puerto Plata nuevos aires tecnológicos en el área audiovisual.

La artesanía, el cine, el carnaval y el folklore tendrán su lugar.

El cine internacional, que ya ha filmado siete películas en la zona puertoplateña, tendrá el necesario gran espacio cubierto que le permitirá los “interiores” en óptimas posibilidades.

Y los empresarios de Puerto Plata contarán con un lugar donde llevar a los turistas; las familias puertoplateñas podrán disfrutar de conciertos, cursos educativos, paseos, y tantas otras cosas que hacen al hombre mejor, que hacen que los hombres aprecien su patrimonio, que hacen que los hombres crean en sus gobernantes y en su país.

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