La cirugía estética que se hizo Moamar Gadafi 1995

La cirugía estética que se hizo Moamar Gadafi 1995

SAO PAULO, (AP).- El rostro de Moamar Gadafi que aparece en la televisión es la imagen del odio y la brutalidad para sus opositores, de rebeldía y orgullo para sus partidarios.   Para Liacyr Ribeiro, es un trabajo malogrado de su pasado.   Ribeiro es el renombrado cirujano plástico brasileño que dijo que hace 16 años operó en medio de la noche a Gadafi en uno de sus búnkers.  

Cualquiera que haya visto a Gadafi tiene que preguntarse si la operación salió mal.   Ribeiro, quien tiene 70 años, dice que le hizo una intervención al líder libio y que reclutó a otro colega brasileño para que le implantase cabello.  

El médico declaró a la AP que sacó grasa de la barriga de Gadafi y la inyectó en las arrugas de su rostro durante una operación de cuatro horas en la que Gadafi decidió usar anestesia local. Gadafi se tomó un descanso en plena intervención para comer una hamburguesa.   “Me dijo que llevaba 25 años en el poder y que no quería que los jóvenes lo viesen como a un viejo”, expresó el cirujano plástico, quien tiene fotos suyas posando con Gadafi. “Le recomendé un estiramiento de piel, pero se negó”.  

En su lugar, Gadafi, quien trata de sobrevivir a un alzamiento popular en Libia y al bombardeo de naves y aviones de Estados Unidos y países europeos, optó por un procedimiento menos radical, un rejuvenecimiento facial.   Por entonces tenía 53 años pero parecía diez años mayor, según Ribeiro.  

Después de la operación, “aparentaba 45”, afirmó.  

“Le advertí a Gadafi que los efectos de la operación durarían unos cinco años y que después cedería la piel y reaparecerían las arrugas”, expresó.   El líder libio dijo que no quería correr el riesgo de hacerse una operación muy evidente y que le asustaba la posibilidad de que le estirasen demasiado la piel.  

“Me dijo que me llamaría si me volvía a necesitar”, dijo Ribeiro. “Hace unos cinco años me pidió que volviese, pero no pude hacerlo por problemas familiares. No volvieron a llamarme”.   La embajada libia en Brasil no respondió a solicitudes de comentarios de la AP.  

Un colega de Ribeiro, el doctor Fabio Naccache, de Sao Paulo, lo acompañó y realizó el trasplante de cabello la misma mañana.   Ribeiro, quien tiene una exitosa carrera, dice que decidió hablar del tema para dar a conocer algunos aspectos de un hombre que pocos entienden en el mundo. 

“Gadafi no se ve muy bien en la actualidad”, manifestó Ribeiro. “Hacerle saber a potenciales pacientes que yo lo operé es contraproducente”.   Ribeiro relata su historia en tono jovial y dice que el hombre que conoció en 1994 era gentil y tímido, y no es la misma persona que ve hoy en televisión y “es responsable de atrocidades vergonzosas contra su propio pueblo”.   Ribeiro fue en mayo de 1994 a Trípoli a un congreso de cirujanos cosméticos en el que habló de su especialidad, la cirugía de senos.  

“Al final de una de mis conferencias, el ministro de salud del país, Mohamed Zaid, se acercó y me dijo que quería que yo conociera a alguien a quien los libios aman mucho”, dijo Ribeiro. “Por mi especialidad, pensé que me presentaría a su esposa”.  

En vez de ello, Zaid llevó a Ribeiro a un vehículo, que pasó junto a las viviendas de Gadafi destruidas por los cazabombarderos estadounidenses en 1986, y luego los llevó a una residencia rodeada de guardias armados hasta los dientes.  

“Zaid y yo fuimos llevados a una biblioteca ubicada debajo de una carpa instalada dentro de la carpa, y ahí me dijo que quería que examinara a Gadafi”, recordó Ribeiro.   Unos minutos después, el líder libio, quien vestía una túnica larga y blanca, ingresó a la habitación, “me estrechó la mano y me saludó, hablando en perfecto inglés”.  

“Era una persona extremadamente cortés, inteligente, cordial y relajada, que rápidamente me dijo lo que quería y por qué”, añadió Ribeiro.   Gadafi quería operarse de inmediato, pero Ribeiro le dijo que necesitaba tiempo para prepararse y conformar el equipo que practicaría la cirugía. La intervención quirúrgica se programó para el año siguiente, enero de 1995.  

Tras citar motivos éticos, Ribeiro dijo que no podía dar más detalles de la operación que le practicó a Gadafi.   Pero sí reveló que la cirugía comenzó a las dos de la mañana, dentro del búnker de Gadafi, donde el líder “tenía dos quirófanos totalmente equipados y muy modernos, lo mismo que un gimnasio y una piscina”.  

“El insistió en recibir sólo anestesia local, pues dijo que quería estar alerta todo el tiempo”, dijo Ribeiro. “Fue un paciente muy sereno y habló muy poco durante la operación”.   Aproximadamente a mitad de la cirugía, Gadafi dijo a Ribeiro que estaba hambriento y quería comer.  

 “Trajeron hamburguesas para todos, y la cirugía se interrumpió durante varios minutos, mientras comíamos”, recordó.   La cirugía salió bien y Ribeiro permaneció en Trípoli otros 10 días, mientras su paciente se recuperaba y se le bajaba la hinchazón en el rostro.   Antes de la operación, se preguntó a Ribeiro cuánto cobraría.  

“Les dije a los funcionarios libios, quienes me preguntaron, que no cobraría nada, porque para mí era un honor realizar una cirugía a un jefe de Estado”.  

Cuando todo terminó el ministro libio de salud entregó a Ribeiro un sobre “lleno de dólares estadounidenses y francos suizos”.   Ribeiro no dijo cuánto dinero era.   “Todo lo que puedo decir es que era más de lo que yo cobraría por mis servicios en Brasil”, señaló.

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