Berlín. La ciudad alemana de Wacken (norte) despidió hoy su festival de heavy metal revalidada como meca del rock duro, tras tres días de actuaciones que concentraron a 75.000 fanáticos en esta pequeña población de apenas 1.800 habitantes.

La peregrinación de rockeros empezó a retirarse este domingo, tras el fin de fiesta de la 27 edición del Wacken Open Air (W-O-A), que se prolongó hasta entrada la madrugada.

Los organizadores del festival dieron hoy por terminada la mayor concentración europea de amantes del heavy con el anuncio del programa para el próximo año, al que se espera acudan como bandas estrella Blind Guardian, Ministry y Steel Panther.

El último concierto sobre la gran explanada, de 240 hectáreas de superficie, fue para Judas Priest, encargado de cerrar un desfile heavy que incluyó a 120 grupos, repartidos por siete escenarios, con Savatage e In Flames como puntos álgidos.

La fiesta heavy había arrancado de modo algo atípico, el miércoles, con la participación a modo de exóticos invitados de la banda del Ejército alemán (La Bundeswher).

Los músicos del ejército intervinieron en la preapertura oficiosa del festival, marcado este año por las lluvias torrenciales del primer día que convirtió en lodazales los pastos y praderas que dominan el paisaje de Wacken.

Los aguaceros obligaron a la policía a cerrar ya el jueves accesos al tráfico privado no vecinal -principalmente, las motos de alta cilindrada de los fans del heavy- y pedir a los asistentes que recurrieran al transporte público.

Las inclemencias obligaron a habilitar un campamento improvisado con 5.000 plazas adicionales en la vecina ciudad de Itzehoe, pero pese a las incomodidades los organizadores valoraron como muy positivo el balance del festival.

La Cruz Roja tuvo que asistir a 1.600 pacientes, en su mayoría casos leves.

La venta anticipada de entradas para la próxima edición se abrirá mañana lunes y se espera quede liquidada rápidamente, de acuerdo al ejemplo del año anterior, en que se agotaron las localidades en unas doce horas.

El W-O-A- es no solo el festival heavy más multitudinario de Europa, sino también uno de los más atípicos, caracterizado por el clima de convivencia armónica entre los tranquilos habitantes de Wacken y los rudos aficionados al rock duro