La Ciudad Universitaria antes

La Ciudad Universitaria antes

El tiempo y el espacio son indisociables, inexorablemente pasa el tiempo y va cambiando el espacio para dejar de ser, lo que fue. El tiempo es el espacio en movimiento. Nostalgia del tiempo pasado que perdimos y de un espacio que ya no es. Así pasa con todos los espacios de la ciudad, difícil es suspender el tiempo y retener el espacio que queremos, todo cambia, el cambio no se puede detener. Así pasó con la Ciudad Universitaria, muchos recuerdan cómo “era” y lamentan ese paso del tiempo que la transformó, primero en un barrio de Santo Domingo y después en un recinto universitario, cerrado con sus cuatro puertas, simbólicas: el “saber y el conocimiento” están adentro, como sus problemas. Su gente  se beneficia de simpatía a priori, el pueblo quería su Universidad. El tiempo también cambió esa percepción.

“Ciudad Universitaria” así se llamó el lugar, fuera de la ciudad, donde Trujillo inauguró en 1944, con los mejores arquitectos de la época, el actual recinto de la Universidad. En esos años, la “Ciudad Universitaria” se encontraba entre los ensanches llamados Angelita e Independencia donde se ubicaban edificaciones muy simbólicas para la época como son la Estancia de Ramfis (frente al mar, hoy Cancillería), el Banco Agrícola siempre imponente, el hotel  Paz (La Hispaniola), varias Escuelas Normales y los colegios Calasanz al sur y de La Salle al norte, como baluarte de la Iglesia, siempre están ahí.

El lugar era apartado, tranquilo, seguro y  por esos atributos varias embajadas se instalaron en sus alrededores como la de Italia, de Uruguay, de Canadá, de Venezuela, de Chile y de China. Es decir del “chic” y seguro del lugar. Las edificaciones de la “Ciudad Universitaria” eran  modernas, amplias, confortables, ricamente amuebladas, muy bien ventiladas  y fueron durante muchos años, representativas de un estilo arquitectónico, depurado, funcional y universal. Majestuosa, la Ciudad Universitaria era un conjunto arquitectónico jerarquizado alrededor de su Alma Máter, anfiteatro de caoba,  con edificios  distribuidos alrededor de sus avenidas que  se incorporaron al sistema vial de la “otra” ciudad prolongando sus calles. En esos años,  pocos menos de 4.000 estudiantes,  privilegiados en su época, ensacados y con corbata, frecuentaban pasillos silenciosos, respetando profesores de muy buena formación para la época.

La Ciudad Universitaria, por ese valor arquitectónico,  fue reconocida como conjunto monumental de valor universal por la UNESCO.

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