Con el epígrafe que encabeza este trabajo introdujeron una conversación con nosotros dos oficiales de la Policía Nacional frente al Destacamento de Manoguayabo, Santo Domingo Oeste. Acudimos a ese recinto policial en procura de un oficial superior con quien mantenemos una relación amistosa. Confesamos que nos sorprendió la salida de los dos primeros tenientes.
Uno de ellos nos expresó: “Yo soy bachiller”, a lo que le ripostamos; ¿y qué es un bachiller en estos tiempos cibernéticos?
La conversación fue distendida durante varios minutos, pero no esperábamos que los oficiales aprovecharan nuestra presencia allí para desahogarse, o enviar un mensaje a la población con nosotros de cómo piensan muchos alistados, clases y oficiales de nuestras Fuerzas Armadas y la Policía Nacional sobre los ciudadanos. Desconocemos si los oficiales de referencia sabían que somos periodista, pero sí, llegamos a dar marcha atrás, ya que pensábamos ese comportamiento u odio entre ciudadanos y policías había sido superado al terminar los famosos Doce Años del gobierno balaguerista 1966-1978, con la despolitización de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional que desarrolló el Gobierno del presidente Antonio Guzmán.
Pero no, todo parece indicar que el deterioro moral y cívico en que ha caído la República Dominicana, también destruyó esa labor de acercamiento que hubo durante esos años de los gobiernos del antiguo PRD.
Y en verdad ese irrespeto que se verifica de ambas partes (Ciudadanía-policías y viceversa), se observa en ocasiones en plena calle, con enfrentamientos cuerpo a cuerpo, ¿Dé quién será la culpa?
Observemos con detenimiento… pensemos un rato en cómo viene funcionando la justicia en el país, y muchos poblados han decididos hacer justicia por su cuenta ante las respuesta que reciben de las autoridades. ¿Entonces?