La capacidad de asombro por estos tiempos es un producto que escasea en la Republica Dominicana, y es que hace varios años atrás presenciar lo que vivimos hoy, habría sido motivo suficiente para provocar la preocupación, indignación y desilusión en los dominicanos; principalmente en aquellos que tuvieron la oportunidad y también la suerte de educarse y no ser una marioneta social.

En tal sentido , si la población de este país no se indigna , ni se preocupa y tampoco se desencanta de la situación en la que vive nuestro país , al menos pensé que se asombraría y vería estupefacto , la última “jugada maestra del gobierno”: convertir a la clase media dominicana en pobres ; “cogiendo funda” (literalmente hablando).

De modo que , de manera personal, yo sí había perdido mi capacidad de asombro ; vi como la calidad de vida de los dominicanos empeoró ; vi cómo ir al supermercado se convirtió en una pesadilla ; vi como el precio de los combustibles provocó una escalada inflacionaria no vista desde el año 2003(cuando Hipólito era presidente) ; vi como los servicios públicos fueron pasando al sector privado; vi como la salud y la educación lejos de mejorar, empeoraron ; vi como la delincuencia jugaba ping pong con los dominicanos . Vi todo esto, y mantuve el temple sin asombrarme, hasta que llegó el gobierno e introdujo un símbolo de la pobreza de este país a los supermercados donde compra la muy deteriorada clase media… ¡A coger funda! Ahora de otra manera, porque funda y cajeta estamos cogiendo hace mucho tiempo, y ahora más…

Hoy la industria mediática y publicitaria del gobierno quiere vender como un logro que la clase media por reducción de su capacidad adquisitiva, tenga que comprar (así es comprar) el pollo que importa el gobierno, los huevos que quiere el gobierno, la salsa de tomate que quiere el gobierno, inclusive un símbolo de la gleba como son “las paco fish” también están presentes en las fundas para la clase media.

Cuando vi entrar por mi puerta un símbolo de la pobreza como son “las fundas”, entonces apareció mi desaparecida capacidad de asombro…