La clave de todos los males

La clave de todos los males

Si existe alguna condición capaz de  reunir todos los requisitos requeridos para ser denominada clave de todos los males humanos, habría que mirar necesariamente hacia la pobreza.

Desde luego, habría que enfocar hacia el tipo de pobreza que no es solamente carencia de bienes materiales, sino, fundamentalmente,  consecuencia de una distribución poco equitativa  de las riquezas, bienes y oportunidades que genera un Estado.

No es por pobreza que se contrae el dengue o la leptospirosis, o cualquier otra enfermedad. Ahora bien, es por pobreza que no hay capacidad para prevenir, para poder atender y curar esas y otras enfermedades.

Noel, cuya capacidad de destrucción pareció subestimada por las autoridades, nos ha presentado de la manera más cruda y dramática el poder destructivo de la mala distribución de las riquezas, es decir, de la pobreza que sirve para hacerle el  contraste a la riqueza, al crecimiento económico.

Muchas familias han estado retornando hacia los lugares de alto riesgo de donde fueron desalojadas por las aguas impetuosas, a pesar de que no se les permitiría volver a habitar en esos lugares.

Más que permitirles volver, se les reparte madera y zinc para que puedan reacondicionar sus casuchas.

II

Hace tiempo, mucho tiempo que el país está lleno de ratas y otros animales transmisores de la leptospirosis. Al ser desplazados de sus madrigueras por las furias de Noel, las alimañas han invadido de manera más abundante los hábitat humanos, en busca de abrigo y alimento, lo que ha aumentado el contagio.

En la medida en que más gente vuelve a los hogares de donde fueron desalojadas por Noel, mayores posibilidades habrá de que se expanda la epidemia de leptospirosis con muy altos  índices de morbilidad y mortalidad.

En las circunstancias actuales, con la dificultad de mantener los controles sanitarios requeridos, en parte porque en muchos lugares ha seguido lloviendo, el país está ante una situación sanitaria muy difícil.

El factor agravante es que el azote de Noel ha multiplicado la pobreza en muchos lugares, pobreza que hoy fuera menos decisiva en el cuadro sanitario si la hubiésemos combatido a tiempo, invirtiendo en mejorar las condiciones de habitabilidad de mucha gente que ha vivido siempre expuesta al peligro.

Todavía hay lugares, como algunas partes de Barahona, donde no ha sido posible desalojar todo el lodo de las viviendas. En esas condiciones están retornando familias que no tienen otro sitio donde ir.

El ataque de leptospirosis, que mantiene ocupadas a las autoridades sanitarias, no debe llevarnos a relegar la amenaza que significa el dengue, que por razones obvias podría cobrar nuevos impulsos bajo las condiciones sanitarias presentes.

No debemos olvidar que hemos tenido una alta incidencia de dengue y que están dadas las condiciones para que esta enfermedad se expanda hacia lugares en los cuales no había atacado.

Definitivamente la pobreza, cuando es  fruto de la marginación y la falta de una distribución equitativa de bienes y oportunidades vitales para que la gente pueda vivir en condiciones dignas,  continuará siendo  el más efectivo transmisor de leptospirosis, dengue y otras enfermedades.

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