La cocina más tradicional en Navidad

La cocina más tradicional <span>en Navidad</span>

Platos tradicionales que vimos preparar cuando éramos niños y ahora somos nosotros quienes los elaboramos, intentando mantener el ambiente de siempre.

La mesa, uno de los núcleos alrededor de los que se mueve la Navidad, concentra toda la atención de las cocineras de la casa que esperan que se reúnan en torno a ella un buen número de comensales. Platos tradicionales que vimos preparar cuando éramos niños y que ahora somos nosotros quienes elaboramos, intentando mantener el ambiente de siempre. Si se le olvidaron, descubra qué puede ofrecer a sus familiares y amigos.

Cuando la Navidad se vive lejos de casa es cuando con más añoranza se recuerda estas fechas y cuando más se confía en vivirlas como si estuviera cerca de los suyos. Para conseguirlo nada como cocinar viejas recetas de la abuela.

Si por el contrario está aburrido de degustar cada Nochebuena los mismos manjares y quiere probar algo distinto, aunque dentro de la tradición le proponemos gastronomía de diferentes países para ese día y esa noche tan especial.

En México la cena de Nochebuena o Nochevieja la tradición la marca un guiso de pavo. La tradición mexicana de comprar vivo a los guajalotes –pavos- para cocinarlo en la Nochebuena ha sido suplantada por la comodidad de comprarlos ya completamente desplumados y hasta precocinados para ahorrar tiempo. Los más apreciados son los machos y gordos y escuchar a los guajoloteros chillar por las calles el producto que llevaban a la venta era ya sinónimo de que la Navidad se acerca.

En las cenas mexicanas no puede faltar pavo relleno, bacalao, caldo de camarón, pierna de cerdo, lomo adobado, ensalada de manzana, pasta, y algún postre. 

En México son tradición las “posadas”. En ellas los participantes recorren las calles con velas encendidas, mientras pasean la imagen de la Virgen y San José hasta que llegan a una casa donde mediante el canto de villancicos solicitan posada. Al tercer intento se abren las puertas y los más pequeños rompen piñatas. Después los visitantes son obsequiados con comida y ponche hecho con guayaba, tejocote (parecido a la ciruela), caña, manzana y ciruelas pasas.

Picana y pancit

Tan suculentos como el cordero y el turrón en España, la picana y los chambergos, los tamales de cerdo, el pancit, o el cordero son platos imprescindibles en Bolivia, Costa Rica, Guatemala, Filipinas o Etiopía durante la Navidad.

En Bolivia en Nochebuena no falta la picana consistente en una especie de caldo casi picante con algo de dulce, con choclo (elote o maíz), pedazos de carne de res y pollo, zanahoria, tomate, cebolla, papas, vino seco y demás ingredientes para una buena sopa.

Y al día siguiente se desayuna con chocolate y buñuelos, chambergos (un poco más duros y dulces), paneton (con pasas, fruta y almendra) o sopaipillas (parecidas a las rosquillas).

Acompañado de arroz blanco y alguna ensalada, en Costa Rica y otros países de Centroamérica no falta el tamal de cerdo, una especie de empanada de harina de maíz, que se coloca sobre hojas de banano, en pequeñas pelotas y sobre ellas se coloca el arroz ya cocido así como el cerdo, el pollo, el chile y las habichuelas. Una vez preparados se cocinan durante dos horas en la parrilla y se comen tibios.

En Guatemala a los tamales típicos se añaden bebidas como el ponche de piña, pasas, ciruela o el Rompopo, una bebida tradicional con leche y ron.

 En Filipinas, el país católico de Asia por antonomasia, la comida típica en estos días es el pancit, una mezcla de pasta de arroz, en forma de fideos con verduras e hígado de pollo. Y si el presupuesto lo permite, el lechón asado.

Para los venezolanos la Navidad no es Navidad sin el tradicional pernil de cerdo al horno. Esta carne es un plato indispensable de la tradicional cena venezolana del 24 de diciembre, junto a la autóctona “hallaca”, la ensalada de gallina y pan de jamón, otro producto típico navideño de este país.

Las “hallacas”, que se cocinan hervidas, son elaboradas con harina de maíz, a la que se le da el color típico amarillo de la especia onoto, y un relleno que mezcla carne de pollo, de res y cochino, con pasas, aceitunas y otros ingredientes envueltos en hojas de plátano. EFE/ Reportajes

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