El retiro de las conversaciones sobre las posibilidades de modificación a la Constitución de la República escenificado por el PLD, la Fuerza del Pueblo y el PRD de Miguel Vargas Maldonado, no debe sorprender a nadie y representa un indicio de lo que podría suceder en las elecciones del 2024 partiendo de que la naturaleza de las dos primeras organizaciones políticas es la misma aunque coyunturalmente se encuentren separadas por el manejo poco inteligente de Danilo Medina cuando, en las elecciones pasadas, impuso al ingeniero Gonzalo Castillo en la candidatura presidencial del PLD obligando a Leonel Fernández ha abrir tienda aparte.
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Los motivos baladíes que enarbolaron los representantes de las tres organizaciones políticas para oponerse a que se conozca el proyecto de modificación constitucional y la beligerante actitud del expresidente Fernández ante cualquier posibilidad de cambios en la Carta Magna, traen a la mente la aseveración del prestante jurista Cristóbal Rodríguez Gómez cuando afirmó que la reforma de 2010, propiciada por Leonel, que pudo ser la oportunidad para robustecer la independencia de la Justicia y la imparcialidad de los jueces, se utilizó en la ocasión “…para la puesta en marcha de un sofisticado proceso de control político partidario de la justicia”.