LA COLUMNA DE HORACIO

LA COLUMNA DE HORACIO

El  “ojo que no ven corazón que no siente” no es un aserto maravilloso pero ayuda a gobernar el mundo. (cinismo).

Algunas  verdades  “incómodas” pasan por la congelación antes de salir a la luz pública para  confirmación de los hechos  como documentos para la historia. Un tristemente célebre “embargo” con legalidad es usado por los Estados en abuso de autoridad para protegerse  contra los posibles efectos de sus propias iniquidades. De una serie de bribonadas y excesos de diversos personajes  solo tendremos noticias fieles cuando les llegue la “desclasificación”, que es  un recurso oficial que pone  fin al encubrimiento que  se aplica con el sonsonete de la  “Suprema conveniencia” del Poder. Actos desafortunados, a veces perversos o crueles en extremo para la sociedad, pasan a un “embalsamamiento documental”  que impide conocerlos a tiempo.

Si a cada individuo  se le permitiera hacer lo  que el  establishment se arroga, podría vivirse abundantemente sin rubores   por el  pasado. La escapada a la persecución de  acreedores a que  recurriera cualquier Juan de los Palotes, por aquello del “errare humanum est” sería dejada por años  en el congelador de la casa, sin saberse y sin arruinar nuevos propósitos de endeudamiento.

La borrachera bochornosa  de la que alguien pueda arrepentirse luego, por lo mismo del “errare humanum est” quedaría silenciada, sin salir de la conciencia del que así falló. Se evitaría  además que algunos hijos llegados a la vida al margen de las formalidades  sociales  y de registro civil fuesen invocados contra relaciones conyugales de etapas posteriores. Permanecerían en el baúl de lo personal  hasta una tardía desclasificación. Pero eso es un sueño. Por ahora, solo los grandes poderes terrenales tienen derecho a escamotearles huellas a la posteridad.

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