LA COLUMNA DE HORACIO

LA COLUMNA DE HORACIO

Con visión restringida
En la realidad de algunos obcecados políticos rigen unas inequívocas fronteras. Lo que esté más allá de su conveniencia o parecer no existe o está ahí porque lo mandó a poner Lucifer.

Fuera de sus obtusos límites no hay gente seria ni encuesta que sirva si le es desfavorable… y la conserje que derramó café sobre el escritorio cuando uno de esos políticos examinaba nominillas en la semi clandestinidad de un penthouse, se trata de una muchacha que está con Miguel, por más que trate de disimularlo.

Y si su yipetón estuvo a punto de ser chocada en una esquina, en momento en que el chofer de una “voladora” parecía distraído mirando a una rubia de la calzada, lo que en verdad estaba en la mente de ese torpe era la Virgen de Altagracia, motivo más que suficiente para sospechar que se trata de un hombre de Amable el higüeyano.

Alguien caballeroso, noble y de probados criterios de imparcialidad le merecerá respeto mientras no contradiga sus puntos de vista; pero si un día se nota en las noticias de TV que truena un poco al hablar y levanta el pecho dándose un aire de Ramón Alburquerque, entonces habría que encasillarlo de perredeísta.

Como hemos visto antes, la alternabilidad modifica  la sensibilidad  de los políticos pues desde arriba suelen ver las cosas muy diferentes a cuando están abajo, que es cuando ellos más sienten la necesidad de hallar solidaridad, sobre todo la de los pobres que luego olvidarán cuando vuelvan al disfrute.

Dicen que los políticos más espantables por la adversidad son aquellos que alguna vez administraron a la Lotería. Saben que millones de dominicanos no resultaron agraciados con el premio mayor durante su gestión y serían capaces de odiarlos por eso.

horacio@hoy.com.do

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