LA COLUMNA DE HORACIO

LA COLUMNA DE HORACIO

La llamada “Portabilidad Numérica” llega al país con retraso, por lo menos en comparación con otra forma ya usual que tienen algunos políticos de llevar consigo, de uno a otro lugar, a sus acólitos, conmilitones y demás entes de cercanías, cohortes que para cada  justa electoral  algunos aspirantes  convierten en multitudes móviles  que hacen crecer irregularmente  los padrones de diferentes jurisdicciones.

Con notable y hasta alarmante incidencia se da aquí la “portabilidad grupal” con la que el líder de algún segmento del partido en el poder o de secta aliada pasa de cargo a cargo, de ministerio a ministerio,  o de la Lotería a Inespre cada vez que  al Supremo le parece oportuna alguna rotación que modifique las apariencias del régimen. En cada árgana de los removidos estará el “paquete” de los adeptos, amigos y familiares, y tal vez hasta alguna manicurista personal. Pasan todos a nueva nomina oficial en lo que llega el momento de ir también a acrecentar  las cifras de votantes “particulares” a provincias distantes. El clientelismo tiene su colorido en República Dominicana. El transfuguismo es parte de ese  folclor, pues los adláteres pueden también cambiar de “yunta” si suponen que en algún otro lugar del “espectro” les va a ir mejor. De la misma forma en que ahora todos pueden cambiar  de compañía telefónica sin renunciar a los números originales… ni a la condición de  oportunistas de tomo y lomo.

 

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