LA COLUMNA DE HORACIO

LA COLUMNA DE HORACIO

Por efecto de la “acumulación de antecedentes” o historial de pago que a su paso por la vida causan los clientes en este mundo de consumos, la insolvencia y el incumplimiento ya no tienen dónde esconderse. La primera privacidad  intervenida en el siglo de la información instantánea y abundante es la de las “cuentas personales”. Cualquier incontinencia en el  uso del crédito que un  individuo se abstenga de honrar  va a un archivo electrónico al alcance del comercio en general que en el acto puede decretar la muerte civil del  dicho sujeto en el renglón de “Coger fiado”. Vivimos en un planeta en el que, al parecer, los únicos desmemoriados serían los electores.

La Iglesia podría estar confiando en que halló un jarabe contra el olvido que le resultaría útil y que consiste en pronunciar sistemáticamente en sus templos, los nombres de los asambleístas que votaron en contra del controversial articulo 30 de la nueva Constitución que fija el comienzo de la vida desde la concepción. Estaría por verse qué habría de pesar más en la conciencia ciudadana a la hora de sufragar. ¿Los barrilitos o los dogmas? ¿El respeto extremo a un incipiente proceso celular o los imperativos del día  a día entre los que aparecerían coitos de unos efectos indeseados? Algunos dilemas simples del pasado, con legisladores que incurrieron en públicos comportamientos vergonzosos, fueron resueltos de manera desconcertante. La gente volvió a votar por ellos como si se tratara de angelitos.

 

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