LA COLUMNA DE HORACIO

LA COLUMNA DE HORACIO

¿Es la sociedad una víctima de la manipulación  del comercio que aprovecha las fechas de valor afectivo para excitar en demasía a la gente a gastar en compras para regalar? Y qué fue primero: ¿la gallina o el huevo? Me luce que la humana necesidad de halagar es anterior a los baratillos, a los calendarios y al santoral y que desde los tiempos más primitivos el hombre estaba dispuesto a tomar una flor de jardines ajenos para metérsele en el pecho a una mujer o agradarla en busca de una sonrisa o una lagrimita. Es decir, el prurito de obsequiar es incluso muy anterior a la existencia de floristerías. Junto con el acto de dar vino la conveniencia  de recibir; y la reciprocidad, definitivamente, tampoco fue un invento mercadológico aunque  ahora sirva también para llenar las cajas registradoras de las tiendas.

No neguemos sin embargo, que los señores que en todo el orbe y con una ancha variedad de artículos de diversos  precios rinden culto al dios Mercurio han hecho de las suyas para sacarle el máximo provecho a la gentileza de los individuos y las individuas. En su momento los comerciantes equipararon la simple relación de amistad a la del amor y los flechazos de Cupido como válido motivo para halagar, lo cual tiene sentido siempre que no se exagere, como pretende la publicidad utilizada como herramienta para  hacernos gastar. El objetivo de la creatividad publicitaria es  claramente convertir a una buena parte del  prójimo en beneficiaria de  nuestra capacidad de compra, y en la medida en que las estrategias promocionales lo van logrando, el Día de San Valentín se va convirtiendo en un serio desafío.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas