LA COLUMNA DE HORACIO
A bordear los abismos

<STRONG>LA COLUMNA DE HORACIO<BR></STRONG>A bordear los abismos

Ruego abrocharse los cinturones y recordar que lo terrorífico de las campañas siempre se acentúa al final. Como otras veces, los “agentes” del mercado electoral tratarán de colocar a mucha gente en la onda del Armagedón para influir en su decisión de voto.

Si usted, lector, no fue convencido con los beneficios de las nominillas, ni reaccionó temeroso a la posibilidad de que Franklin Almeyda pueda desnudarle mentalmente y llegar hasta su conciencia, entonces no hay más remedio que tratar de persuadirle de que la inundación de Tavera  fue un mero ejercicio para su mayor seguridad porque el verdadero diluvio bíblico llegaría si se produce una avalancha de votos blancos en las urnas.

El uso de cucos no tiene límites. Quique Antún, con tal de que el público se espante y hasta coja una yola para Miami antes que votar por el PLD, dijo que Leonel es tan malo como Fidel, algo que podría impresionar muy desagradablemente al propio Presidente, que recientemente proclamó que prefiere ser equiparado con Balaguer. Tratar de parecerse a los revolucionarios fue un delirio de Bosch que nunca dio resultados. La gente, en definitiva, tendría que creer más en la afinidad entre el Faro y el Metro y en la tranquilidad que aquí disfrutan los villanos por falta de paredones. Contra Vargas Maldonado  vendrán pronto a esgrimir con tintes más sombríos todo lo que del PRD pueda compararse con una peste: rescates bancarios con posibilidades de hundir al país, primas por las nubes y, en sentido general, debacles económicas con chistes de mal gusto que enemisten al Palacio con el resto de la humanidad. Lo difícil sería convencer a la ciudadanía de que el estilo de Hipólito quiera regresar tan pronto. La amnesia popular siempre se ha tomado tiempo.

horacio@hoy.com.do

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