LA COLUMNA DE HORACIO
A toda recta final debe seguir otro comienzo

<P><STRONG>LA COLUMNA DE HORACIO<BR></STRONG>A toda recta final debe seguir otro comienzo</P>

En el hilo de continuidad de la política, que es un mundo poblado de aspirantes con sus correspondientes adláteres haciendo olas,  la rabia solo acaba cuando muere el que la padece.

Al otro día de que casi todos los candidatos hayan sido dados por perdedores, habrá una automática renovación de pretensiones. Ahí están Trajano y Eduardo Estrella que no me dejan mentir. Fuera de que este país dispone de un stock o banco de “presidenciables” y creyentes en el futuro: doña Milagros, Bello Rosa, Abinader, Suberví Bonilla, Danilo Medina, Carlos Morales, Roberto Saladín, Luis Toral… mientras resulta ostensible que el receso de Hipólito y el PPH ha ido revocándose. Aseguro que los desenlaces electorales generan vacantes. La izquierda querrá temprano jugar otra carta después de Moreno y ¿quién duda que Narciso Isa está hecho para una inagotable vigencia? Su vida ha sido perseguir sueños y los reveses jamás lo han desanimado. Apto está entonces para perder siquiera dos pares de competencias electorales.

Hay un problemita de por medio. Si grande alcanza a ser, para renovarse, la pasión por llegar en quienes nunca han llegado, inmensa se torna en los triunfadores. Al reponerse  la reelección en el 2004, las puertas del mesianismo quedaron abiertas. La retórica encantadora de Leonel, su juventud y pragmatismo llevan a suponer que si gana ahora, muchas futuras ilusiones de poder de los otros serían destrozadas por él, al pintoresco  grito de ¡cuatro años más y después hablamos!

horacio@hoy.com.do

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