LA COLUMNA DE HORACIO
El asunto del redondeo  y los márgenes de errores

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La búsqueda del absoluto matemático es parte de la rica realidad. Cuando en la tienda vemos una guayabera al precio de RD$399.00  hacemos en el subconsciente  un cuadre presupuestal que lleva la cifra a los 400. Es lo que sabemos que nos costará al margen de los eufemismos.

Es público que el precio de la gasolina premium acaba de pasar a RD$199.50 el galón. Quisiera saber de alguien que ahora  llegara a la gasolinera sin llevar en su cabeza la medida  fácil de memorizar de los 200 pesos mondos y lirondos. Los comerciantes de expendios al detalle, grandes y pequeños, son unos consumados redondeadores. Pocas veces tienen menudo para devolver como Dios manda y  siempre adecúan  los totales hacia arriba. Rápidos  acomodadores de  números son  también los encuestadores.

Suelen  celebrar sus “aciertos” sobre resultados electorales, con la salvedad   de los “márgenes de errores” a los que hay que acogerse sin chistar. Según la metodología que apliquen están excusados a fallar en un 3% o más, sin que importe que la desviación con respecto a la realidad sea de suma o de resta. Sus sorprendentes abstracciones o diferencias numéricas pueden ser de cientos de miles de votos y, de todos modos hay que aplaudirlos.

A casi todo el mundo le perdonan los cuadres autoritarios  que incluso se aplican al elegir gobiernos, como fue el caso de Hipólito Mejía al que se permitió ascender con varias décimas  de menos en el porcentaje de ley. Supongo que recibió “facilidades” para triunfar  porque nadie se imaginaba lo que sobrevendría. Pero como cada  regla tiene su excepción, existe un dominicano al que le cayeron implacables  los palitos cuando quiso redondear: Ramón Rogelio Genao.

horacio@hoy.com.do

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