LA COLUMNA DE HORACIO
Frugalidad, paciencia y un poco de humor negro

<STRONG>LA COLUMNA DE HORACIO<BR></STRONG>Frugalidad, paciencia y un poco de humor negro

Lo light no siempre es superficialidad y simplismo y no todo el que en ello incurre está entregado al snobismo y a lo chic. Sucede que la vida se ha puesto demasiado dura. Nos encontramos, prácticamente, en el día después de que la humanidad quebró por petróleo caro, finanzas estragadas, granos incomprables, deshielos en los polos, super huracanes, desertificación y sida.

Yo quiero que alguien me diga qué otra cosa puede hacer el terrícola que no sea sentarse a esperar el final? ¿Con qué ánimo desayunar pesado a las 8 a.m. si a lo mejor es en el autobús de las  10 a.m. que el Apocalipsis va a llegar? Huevo pasado por agua y una tostada casi transparente. Ligero para poder huir de las lenguas de fuego. Los libros gruesos y la mucha lectura no servirían de nada si el Señor se decide por una zaga del diluvio. Saber nadar o haber sido político insumergible tendrían más valor que todos los tratados.

Los meticulosos seres pensantes  que atesoran sabidurías, música de Mozart y tomos de Víctor Hugo, o que se han pasado la vida atormentados por ideas de Kant van  a pasar, en esas horas finales, por el mismo desastre que tocará a  un bachatero de tercera. Además, en los peores momentos el instinto  de conservación es más fuerte  en los brutos que en los inteligentes. Fuera  de todo lo que anteriormente significaba, light es también lo que ocupe poco espacio y exija poca materia gris.

Es la  facilidad adicional de poder evadirse de este mundo sin el lastre de  bienes de la acumulación original ni de los que se suman cuando la ambición no tiene  freno. Significa estar grácil desde ahora y mejor preparado que otros para el cataclismo y la noche infinita. Y ahí sí es verdad que nadie tiene nada.

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