LA COLUMNA DE HORACIO
La irónica situación de los salarios bajos

<STRONG>LA COLUMNA DE HORACIO<BR></STRONG>La irónica situación de los salarios bajos

No logro saber quiénes  llegaron primero, si la pobreza o las leyes de la economía que tratan de impedir que la gente salga de ella. A más salario mayor demanda, alzas  e inflación, dicen los expertos preocupados por la micro-economía mientras cobran a lo macro como seres superiores.

El cálculo “justiciero” para oponerse a que modestos jefes de familia reciban mayores ingresos es cruel. Se hace una división de cien plátanos entre cien pobres y lógicamente alcanzan a uno por cabeza. Se alega que a la hora  que la demanda se duplique, también lo haría el precio en perjuicio de los sufridos habitués de la musácea, pero esa sería su culpa por carecer de la elasticidad de que disponen los solventes compradores de Ferraris y champán que siempre se adaptan a los costos altos.

Los especialistas recomiendan que el arroz, el azúcar, la papa, el bacalao y las grasas conserven sus precios  en función de los actuales  niveles de consumo. ¿Pero cuáles son esos niveles? No pueden ser otros que los que indican que el valor presente de la canasta familiar está por encima del ingreso promedio de los ciudadanos. La renuencia a subir ingresos es una renuencia a que la gente se alimente mejor aunque  a la luz de la sabiduría de los gurús del sistema sería  una forma de proteger  los bolsillos.  En el  el colmo de los círculos viciosos, la libra de pollo solo se queda en 33 pesos si  hay un millón y pico de familias que no pueden comprarlo a ese precio; como hay también cientos de miles de consumidores que “estabilizan” la cotización del huevo porque el dinero no les alcanza para la tortilla. ¡Oh indigna inflación! ¡Aquellos que mantienen sus estómagos  vacíos para no desatar tu ira te saludan!

horacio@hoy.com.do

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