Hoy 
Querida mamá:
Te mando a Melania para allá esta semana. Perdona lo chin que te lleva con motivo del Día de las Madres pero por favor, retén a mi mujer lo más que puedas y aconséjala. A todos los apuros por la confusión con las planillas de impuestos y la caída de ingresos que pasamos, se agrega el que a ella le ha dado en creer que Virtudes significa algo para mí.
Tienes boca de chivo, mamá. Me advertiste que si esa antigua novia mía venía al Bronx, mis relaciones iban a pasar por una crisis. Así ha ocurrido. Virtudes, creyendo que Melania no sabe de mi pasado con ella, nos visita demasiado y a veces, cuando mi mujer llega de la calle en la noche, ya hace dos horas que hemos estado solos en el apartamento. Lo peor es que donde fuego hubo cenizas quedan. Te juro que no quiero que este rancho arda otra vez; pero necesito que Melania se tranquilice un tiempo contigo en lo que yo convenzo a Virtudes de que deje de venir buscarme.
Hay cosas que deben respetarse. No solo lo serio de mis relaciones formales de ahora, sino que además yo soy un hombre con sensibilidad y nadie tiene derecho a tentarme. Melania vive con nostalgias del país. Hablamos con frecuencia de nuestra querida patria y de la posibilidad de que después de ahorrar podamos volver al lar nativo. Qué bueno que aceptó irse un tiempo para nuestra amada tierra. Tranquilízamela lo más que puedas. Dile que no se preocupe. Aquí en privado te digo que las posibilidades de que yo le siga siendo fiel son altas, aunque te conozco bien, mamita buena, y sé que serías capaz de dudarlo.
Tu hijo que te quiere mucho.
