La comedia «Paradise»: ritmo, alegría
y creatividad

La comedia «Paradise»: ritmo, alegría <BR data-src=https://hoy.com.do/wp-content/uploads/2005/01/6B3AC8AA-B790-4F79-B574-71BEDB7A1E5E.jpeg?x22434 decoding=async data-eio-rwidth=460 data-eio-rheight=355><noscript><img
style=

POR MARIANNE DE TOLENTINO
El nombre de Casa de Teatro lo dice todo. Es primordialmente el hogar de los espectáculos teatrales, y allí las obras jóvenes, experimentales, inteligentes, desde hace 30 años han tenido una escena predilecta.

Hoy nace el «Grupo Orgánico» propio de Casa de Teatro, la compañía de planta que debe asegurar una continuidad, responder a la espera de un público variado y ser también una especie de teatro escuela. Con acierto Freddy Ginebra ha pedido a Ángel Haché, talento polifacético y extraordinario hombre de teatro, que asuma las retadoras responsabilidades de esa iniciativa. Y por supuesto, Ángel Haché, el alma de «Paradise», lo logró a pesar de las dificultades.

Ahora bien, esa nueva realización y perspectiva de futuro suscita nuestra reflexión. El teatro dominicano de investigación, original, auténtico, contemporáneo, avanza a pasos muy lentos cuando se lanza una mirada retrospectiva. La razón es simple: carencia de medios y falta de subsidios institucionales.

No es un secreto que los espectadores para esa clase de teatro –independiente, no subvencionado y no comercial– son una minoría, generalmente jóvenes y ellos mismos con ínfimos recursos. ¡Sus aportes no contribuyen a mantener los costos!, y, si no se consiguen patrocinios –a menudo escasos para lo que no es de audiencia masiva–, director, técnicos y actores, trabajan totalmente sacrificados, motivados por la conocida mística del teatro y el amor al arte. No podemos desarrollar ahora un tema inagotable –que debería tratarse en jornadas teóricas del Festival Internacional de Teatro-, pero cuando surge un nuevo grupo, como es el caso de Casa de Teatro, el problema se plantea, y nadie quisiera que algo tan esperanzador quede a nivel de intento. Reflexionar se impone.

UN PARAÍSO QUE NO SE PERDIÓ

«Paradise» es una comedia, a la vez hilarante y dramática, escrita por uno de nuestros grandes valores literarios jóvenes, Pedro Antonio Váldez, además un apasionado de las artes escénicas. La pieza, mención de honor en un Concurso de Casa de Teatro, ocho años después conserva completa vigencia. La parábola de Nueva York/Paraíso/Paradise, Adán y Eva, los desesperados por vivir mejor, que pasan por la zozobra hacia Puerto Rico, no es ficción, sino realidad cotidiana. La «gran manzana» estimula todas las ilusiones a pesar de sus demonios, aunque el lar natal no dejaría de ser el verdadero paraíso.

El tema está tratado con desenvoltura y fineza, imbricando lo terrenal y lo sobrenatural: el autor maneja con humor los personajes y fuentes bíblicas, que sirven de soporte efectivo –no es fácil- a las aventuras y desventuras de los protagonistas. Por otra parte esa epopeya dominicana tiene un alcance universal, «paradise» y espejismo de los pobladores del planeta… Técnicamente la estructura emplea el teatro dentro del teatro, y con ingeniosidad también asocia la filmación.

El mismo Pedro Antonio calificó su obra como un «guión». Debemos elogiar esa actitud, tan ajena al creciente narcisismo de los autores. El montaje resultó de una colaboración y acuerdo total con Ángel Haché, que pudo trabajar, con plena libertad, introduciendo cambios susceptibles de hacer la representación más eficaz, divertida y actual –voceo popular, consignas, Viagra, etc…-. La calidad del texto, que no pretende ser literatura, tampoco dictó formas, imperativos o señalamientos que a veces cohíben la labor del director y favorecen un juego declamatorio de los actores. Otra virtud para la notable puesta en escena de Ángel.

Definitivamente, el Paraíso/Paradise no perdió su vigencia en ningún sentido… Ángel Haché, con la colaboración de Elsa Núñez, ha manifestado una vez más la riqueza de su imaginario teatral, su increíble fantasía, sus dotes plásticas, en fin, su maestría de la técnica escenográfica… consiguiendo y construyendo efectos espectaculares, sin nada. ¡La yola, repleta de gente, es una visión antológica en la historia de la escena dominicana: no la queremos describir para que la descubran!

CUALIDADES PLURALES

«Paradise» significa un evento teatral complejo que reúne los distintos aspectos de nuestra época y contexto social, partiendo del pecado original. Hasta detalles, como los «afros» de los ángeles y el demonio o los «locks» de Dios, contribuyen a realzar la parte visual. ¿Y que decir de Adán y Eva, con su hoja de parra, guiñando un ojo a la pintura flamenca? No se trata solamente de lo visual; la utilización de la música, los ritmos de moda y las canciones –letra de Pedro Antonio Valdez– no son una simple banda sonora que acompaña, se integran necesariamente, se vuelven elementos primordiales de la producción. La labor titánica y polivalente de Ángel y Elsa incluye el vestuario y la utilería, ¡aprovechando y metamorfoseando cualquier cosa! Aquí está la magia del teatro.

Simultáneamente, dirección y montaje realzan el ordenamiento de las escenas y sus líneas argumentales, demostrando autoridad, experiencia y disciplina. Pese a la precariedad de los recursos y a la juventud de comediantes que se inician profesionalmente, el ritmo se mantiene, una hazaña por la diversidad de las situaciones y los cuadros sucesivos –los cuales despliegan una energía admirable de parte de los actores-.

¡Qué reciba felicitaciones pues ese nuevo conjunto dramático! Si hemos de destacar, por la importancia de sus papeles, a Adán/ Reymundo Santana, Eva/ Ruth Matos y particularmente a la formidable serpiente/ Jean Johnnie, todos los actores, incluyendo los que alternan varios personajes, ameritan elogios. Se entregan totalmente, con autenticidad, emoción y vigor, pero sin los excesos comunes en los noveles. Ciertamente deben mejorar la dicción, la seguridad y el control de sus expresiones, pero lo irán haciendo en el marco de este teatro-escuela, con un maestro de un histrionismo excepcional.

Sabemos que Freddy Ginebra, orgulloso de otra «gesta» de Casa de Teatro y viejo amigo de Ángel Haché, pondrá en marcha toda su poder de convicción y los recursos a su alcance para que el «Grupo Orgánico» –curioso nombre en homenaje a Stanislavski– pueda producirse y evolucionar en las mejores condiciones. Ojalá «Paradise» se presente en otros escenarios del territorio nacional para que no disfrute la obra el público capitaleño únicamente, y lleguen a la joven compañía propuestas para lograr esa meta. Ayudar al desarrollo de realizaciones del teatro independiente, de verdadero valor artístico y factor de avance cultural, –como «Paradise»– es tarea de todos, instituciones y patrocinadores privados, sin olvidar la atención que les pueda prestar la Secretaría de Estado de Cultura.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas