Píndaro le ha hecho el coro a Herminio, acompañándolo a ver de cerca la exposición que sobre Oscar de la Renta presenta el Centro León. Ambos han venido desde la capital y en medio del camino el espíritu de Óscar se les manifestó integrándose a esta aventura para no perderse ni un segundo de la maravillosa experiencia a vivir…
Mientras esperan cupo para ingresar a una gran sala de proyección, ambos son motivados por su guía Leticia Gil a conocer -de primera mano- la profunda identificación de Óscar con las tradiciones culinarias de su pueblo. Así, son guiados hasta la cafetería del Centro… ¿Y qué de importante es para ellos el haber entrado a esa zona de simple alimentación, cuando el corazón de la exposición está justo al lado?… Como dos corderitos, el espíritu de Oscar y la sonrisa de Leticia los guían a través de unas doce mesas que les marcan un patrón de fácil acceso al servicio que es brindado por el personal detrás del mostrador… Pero, sin darse cuenta, los tres –más el espíritu del homenajeado- están frente a una pantalla en la cual los ojos bonachones y cristalinos de la señora María Soriano les cala de inmediato… Ella tiene el mérito de que hace 48 años decidió seguir los pasos de su cuñada Silvia Guillermo para soltar amarras en el país e iniciar, de la mano de Oscar de la Renta, una aventura que le cambió su vida…
Jamás escuchó a ‘su patrón’ levantarle la voz, ni hablarle mal por una equivocación que quizás pudo haber cometido con el sabor en sus comidas…“Si algo me quedaba mal me decía: pues tú hoy estás enamorada” –dice la señora Soriano en una entrevista realizada por María Amalia León… “En la próxima vez me esforzaba para que me quedara mejor” –expresa sin titubeos-.
Píndaro sonríe al escuchar a María Amalia preguntarle a la señora Soriano: “¿Y es verdad que a él le gustaba meter la cuchara en las ollas cuando tú estabas cocinando?”… Ella sonríe y le responde: “Ahhhh… Eso sí le encantaba y expresaba: ‘Pues déjame ver cómo está’… Entonces yo le decía: ¡Pues pruébelo!… ‘Eso está divino’ –me decía”.
Píndaro y Herminio esperan ansiosamente el momento que los llevaría a descubrir los gustos de De La Renta, pues un agradable olor a ‘comida de primera’ arropa el ambiente… “¿Qué le gustaba comer a él… Cuáles eran sus platos favoritos?”-cuestiona María Amalia a la señora Soriano… Su respuesta no se hizo esperar-… “A él le gustaba el mangú, la yuca… todo lo de aquí; los molondrones, las berenjenas… ¡No negó su país! Ufffff, ¡esos sancochos!… Ya usted sabe todo lo que se le pone a un sancocho… Había que hacérselo con mucha carne… Nada más le gustaba que le pusieran de res y de pollo…¡Más nada!… Con su arrocito blanco, su limoncito o su naranja agria…Oh ¿y a quien no le gusta el concón? Le puedo decir que era un dominicano de pura cepa”.
Una vez ellos creen finalizada la proyección de este valioso audiovisual sobre los gustos y preferencias gastronómicas de Oscar de la Renta, los visitantes se dan la vuelta para, precisamente, coger el menú de la cafetería y almorzar algo mientras esperan poder pasar luego a la otra parte de la exposición. Sin percatarse que el video ha cobrado vida de nuevo –quizás tuvo algo que ver ‘el espíritu de Óscar’, escuchan a la señora Soriano sentenciar con voz cálida, pero orgullosa: “A él le gustaban las habichuelas negras guisadas… con verdura de nosotros y tocineta, con cilantro picadito y arriba, para servirla sin granos”. La señal de ‘un rugido’ en el estómago de Píndaro es una clara denuncia que es casi hora de almorzar… Herminio le hace una reprimenda y le pide que se modere porque tiene a su lado a la joven Leticia… De pronto, ambos vuelven a escuchar a la señora Soriano… “A él le encantaba el dulce de leche… cortado y sin cortar… en pasta… Le gustaba el arroz con leche… Un día me dijo: ‘Tú no lo sabes hacer, porque mi mamá no lo hacía así, mi mamá lo hacía con leche pura. Así que no me le pongas agua, pónmele nada más leche” -expresa la señora Soriano, mientras mueve ansiosamente sus manos.
Píndaro, Herminio, Leticia y el espíritu de Óscar observan el nuevo Menú de la Cafetería y su admiración es enorme… Una selección de platos inspirados en el propio Óscar de la Renta les invita a probar… ‘Sanconcho’, ‘Croquetas de plátano maduro’, ‘Concón de habichuela roja y res’…
Mientras terminan de leer el menú, una sonrisa y dulces palabras les invitan a pasar al Salón de Proyección, pues sólo esperan por ellos… Justo al entrar el gran salón -que está repleto de estudiantes-, Herminio, que está disfrutando al máximo junto a Píndaro de los detalles en esta visita al Centro León, le expresa a su ‘alter ego’: “En unas dos semanas continuaremos compartiendo nuestra visita a “Ser Óscar de la Renta” con nuestros lectores”.