La competitividad dominicana en el CAFTA

La competitividad dominicana en el CAFTA

POR JOSÉ  LUIS  ALEMÁN  SJ
La competitividad dominicana en el área de comercio DR-CAFTA suele examinarse a la luz de nuestras futuras posibilidades comerciales de bienes y servicios; menos por nuestro potencial en atraer inversiones extranjeras sobre todo en la modalidad de empresas mixtas o joint ventures.

Comprendemos esta preferencia. Sabemos pasablemente los determinantes del comercio exterior: producto interno bruto por persona, distribución del ingreso y patrones de consumo por parte de la demanda; infraestructura, cercanía de mercados, recursos naturales y grado de educación para operarios y administradores por parte de la oferta; precios del dólar, tasa de cambio, para evaluar precios de oferta y demanda. Para muchos de estos determinantes contamos con datos  numéricos”fuertes”.

La competitividad de un país para lograr inversiones directas, en cambio, es de realización problemática: aunque hay variables monetarias y fiscales de evidente utilidad resulta imprescindible para inversiones cuantiosas contar con una serie de indicadores de facilidad institucional, reglas de juego claras y seguidas, que disminuyan el riesgo inherente a toda inversión en un país extranjero.

De hecho no es arriesgado afirmar que nuestra competencia en términos de inversión directa extranjera  la constituyen las facilidades  que ofrecen los otros países centroamericanos signatarios del DR-CAFTA a inversiones norteamericanas.

 En nuestros tiempos propensos a “cuantificar” cuanto hay sobre la tierra no podía faltar un organismo internacional, privado, dedicado al estudio de la competitividad global. El Foro Mundial Económico de Davos, además de Transparencia Internacional y el Banco Mundial, publican índices, indicadores, de la situación de un buen grupo de países.

  El Foro Económico acaba, además, de presentar un sólido estudio de la Competitividad de los Países de América Latina más Jamaica y Trinidad Tobago. Su autor principal Augusto López-Claros, economista jefe del Foro, fue antes economista “senior” del Lehman Brothers International (Londres) y representante residente del FMI en la Federación Rusa (1992-1995). Se graduó de Estadística Económica en la Universidad de Cambridge (UK) y de Doctor en Economía en Duke, baluarte norteamericano de la Economía Institucional, y fue profesor de economía de la Universidad de Chile.

Basados en ese informe comencemos a explorar el grado de  competitividad para inversiones directas extranjeras del país en el contexto del CAFTA.

1. Los datos: Competitividad global: Requisitos básicos

 a) El Foro confecciona anualmente desde el 2001 un Índice de Competitividad Global que obtiene de tres “subíndices”:  requerimientos básicos ( instituciones,  macroeconomía, infraestructura física y nivel básico de salud y educación), determinantes de eficiencia (educación superior, funcionamiento de los mercados y preparación tecnológica) y determinantes de innovación (sofisticación de los negocios e innovación). Aunque el estudio ofrece los datos sobre todas estos subíndices para todos los 117 países investigados  en el año 2005) sus autores  creen que es conveniente distinguir tres etapas de desarrollo económico según la importancia del subíndice.

Para países que estamos en la etapa inicial de desarrollo el subíndice principal es el de requerimientos básicos. En esta etapa estamos los signatarios del RD-CAFTA con la excepción de  Costa Rica. En la segunda etapa los países han cumplido satisfactoriamente los requisitos fundamentales y en vez de depender de sus recursos naturales y del bajo precio de sus bienes lo hacen de su eficiencia en la producción y mercadeo. Costa Rica es el único miembro de este grupo. Finalmente en la tercera etapa la innovación es el factor principal. Lógicamente los Estados Unidos están en este renglón (posición 1 en el 2004; sexta en el 2006).

La situación dominicana dentro del grupo CAFTA viene evaluada de modo global por un Índice de competitividad que nos coloca en tercer lugar detrás de  Costa Rica y El Salvador en los países del DR- CAFTA, en el lugar  15 de los 22 países de América Latina más Jamaica y Trinidad Tobago y en la posición 91 de los 117 países estudiados.

 b) Este índice general resulta de agregar tres subíndices: el de requerimientos básicos (lugar último en el DR-CAFTA), el de eficiencia (puesto tercero) y el de innovación (posición también tercera). Para la primera etapa de desarrollo, en la que estamos El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y nosotros, el subíndice importante es de requerimiento básicos que se compone de cuatro columnas: instituciones, estabilidad macroeconómica, infraestructura física y  nivel de salud y de educación básica.

En el renglón “instituciones” ocupamos el cuarto lugar delante de Honduras y Nicaragua pero muy distante del líder El Salvador A nivel mundial aparecemos en la posición 97 (el Salvador en la 50).

Si pasamos a estabilidad macroeconómica nuestra evaluación es aún peor, lugar quinto en el DR-CAFTA, delante de Costa Rica, que vivía una recesión con indicadores peores que nosotros en el tipo de cambio real (posición dominicana 19 en el mundo, efecto de la gran devaluación del 2003, CR: 41), la tasa de ahorro nacional (RD: lugar 30, CR: 83), balance fiscal (RD posición 68, CR: 88)) , diferencia entre tasas activas y pasivas de interés (RD: lugar 95, Costa Rica 105 y deuda pública (RD: 60; CR: 70). Costa Rica nos aventaja sólo en menor inflación (RD: 116; CR: 108).

En la evaluación de la tercera columna ( infraestructura física) figuramos también en la quinta posición delante de Honduras y muy detrás  de El Salvador el país centroamericano con mejor infraestructura. Nuestra debilidad máxima es la calidad del suministro de energía eléctrica (punto en que aparecemos en el último lugar de 117 países). Nuestro punto fuerte es la calidad de la infraestructura del transporte aéreo (posición 49 en el mundo, mejor que la de Costa Rica (56).

Finalmente nuestro sistema básico de salud y educación es el cuarto más débil de la zona. Peor están Guatemala y Nicaragua.

c) Nuestra situación relativa en el subíndice de requisitos básicos nos coloca en el tercer lugar de competitividad detrás de Costa Rica y El Salvador. A excepción de la calidad de educación y salud básica El Salvador supera a Costa Rica.

 Si tenemos en cuenta el escaso gasto público en educación y salud, la crisis financiera del 2003-2004 y el cuello estructural de la oferta eléctrica podemos decir que nuestra debilidad permanente en materia de requisitos es institucional

2. Competitividad Global: Índices de Eficiencia

La evaluación de países en la segunda etapa de desarrollo caracterizada por la lucha en pos de la eficiencia requiere factores distintos de los requisitos básicos. El subíndice de eficiencia evalúa tres de aquellos: calidad de la enseñanza superior, eficiencia de los mercados y disponibilidad tecnológica.

a) Aunque solo Costa Rica entra full member en este club hay otros dos países del DR-CAFTA que el Foro considera en transición a él: El Salvador y República Dominicana. Conviene ofrecer la información del Foro Económico Mundial.

El subíndice general de eficiencia nos dice que Costa Rica ocupa el primer lugar (50 a nivel mundial) seguida de El Salvador (73) y República Dominicana  (85).  República Dominicana como El Salvador ocupa a nivel mundial una posición superior a la de requisitos básicos que se supone debería ser mejor: 97. Obviamente hay diferencias en la senda de desarrollo de cada país debido a diferentes prioridades.

El subíndice de eficiencia refleja, como se dijo,  la evaluación de  la calidad de la enseñanza superior, de la eficiencia de los mercados y de la disponibilidad tecnológica. La posición de la República Dominicana es cuarta  en calidad de la educación superior (detrás también de Nicaragua) y tercera en eficiencia de los mercados y disponibilidad tecnológica.

b) Los indicadores de educación superior indican la cobertura de la matrícula   universitaria. República Dominicana se encuentra en el lugar 53 a nivel global, Costa Rica en  el 76 y El Salvador en el 80. Desgraciadamente la calidad de esa educación es sumamente pobre en República Dominicana (lugar 113 en calidad del sistema educacional, 115 en matemáticas y ciencias y 91 en escuelas de negocios) frente a Costa Rica (posiciones 39, 66 y 21) y El Salvador (lugar 76, 93, 59).

Los datos de eficiencia de los mercados son igualmente pobres para el país: lugar 100 en nivel de competencia local, 117 en políticas antimonopolios (último lugar), 110 en confianza en administradores profesionales, 97 en solidez bancaria, 83 en sofisticación financiera, 75 en paga y productividad y 58 en flexibilidad laboral. El Salvador presenta en este renglón mejores cifras que Costa Rica (28-65 en competencia local; 71-77 en políticas antimonopolio; 35:81 en solidez bancaria; 42:67 en sofisticación financiera; 30:47 en paga y productividad; 39:87 en flexibilidad local) Costa Rica supera a El Salvador en confianza en administradores profesionales.

En disponibilidad tecnológica el cuadro es mixto aunque con gran ventaja para Costa Rica:  (48, frente a 53 República Dominicana y 63 El Salvador); en inversiones directas extranjeras y transferencia tecnológica  Costa Rica disfruta de una envidiable 5ta. posición a nivel mundial comparada con la 48 para República Dominicana y 74 El Salvador. En computadoras personales disponibles (año 2003) Costa Rica se coloca en el lugar 31; El Salvador en el 75 y la República Dominicana en el 46.

Resumiendo: República Dominicana aventaja en disponibilidad tecnológica a El Salvador; está detrás en eficiencia de mercado de sus dos contrincantes y en calidad de la enseñanza superior que debe calificarse de catastrófica.

c) Finalmente en países en la tercera y superior etapa de desarrollo, la del crecimiento por innovación, República Dominicana está detrás de Costa Rica y El Salvador tanto en sofisticación de negocios (calidad de la investigación científica, colaboración universidad / industria  y disponibilidad de ingenieros y científicos con posiciones que van de la  33 a la 49 globalmente). El Salvador y República Dominicana, en cambio, ocupan de la 90 a la 114 posición.

d) En conjunto República Dominicana sufre respecto a su competencia más inmediata con Costa Rica y El Salvador en el campo de inversiones directas de serias deficiencias en tres renglones: instituciones, educación (básica pero más aun universitaria de calidad) y organización de los mercados.

3. Una visión dinámica: evolución 2002-2006

Bueno es saber la situación relativa en que se encuentra nuestra economía pero entre nuestros países pueden ocurrir fenómenos imprevistos de magnitud desde los naturales hasta los políticos que nos impiden saber si en la historia hemos registrado avances o retrocesos. Por eso la utilidad de comparar la evolución de nuestra situación de competitividad global desde que hay datos (2002) hasta el (2006). Obviamente son demasiado pocos años para poder establecer tendencias firmes pero al menos nos hacen recordar que la economía actual es resultado importante de su pasado.

a) República Dominicana tenía en el 2002 el mejor índice de competitividad global en el DR-CAFTA (posición 56) seguida de Costa Rica (lugar 58) y de El Salvador (puesto 60). Los otros 3 países oscilaban entre las posiciones 70 y 78.

Para el 2004 la mejor competitividad global la exhibía Costa Rica (posición 50) seguida de El Salvador (53). La situación de los otros cuatro países empeoró radicalmente de las posiciones 80 a la 104 (República Dominicana). En el 2006 Costa Rica y El Salvador mantenían su posición (países 53 y 51), República Dominicana mejoraba (lugar 83) y los otros países mantenían las posiciones del 2004.

Sin lugar a duda la posición competitiva del país ha descendido aunque obviamente la crisis bancaria del 2003 haya sido el principal factor desencadenador.

b) Sin embargo un subíndice importante, el de la calidad de las instituciones públicas, indica otro factor de descenso de nuestra economía: pasamos a ocupar la posición 111 (año 2005) después de la crisis del 2003-2004 (lugar 60 en el 2002). Han experimentado sensibles caídas en su índice de calidad de instituciones públicas Guatemala, Nicaragua y Honduras con posiciones 97 a 113 en el 2005 comparadas con las registradas en el 2002: posiciones 64 a 76.  

En cambio la calidad de instituciones públicas se ha mantenido pasablemente bien en Costa Rica (cambio de posición 46 a 59) y en El Salvador ( de 48 a 57), nuestros principales competidores potenciales de Centroamérica.

c) Innegablemente la volatilidad, definida como diferencia de posiciones entre el valor más alto y el más bajo en un período de 5 años, de nuestros países ha sido muy alta: en el índice global de competitividad 38 puestos para República Dominicana, 25 para Nicaragua, 15 para  Honduras, 8 para Costa Rica y El Salvador y apenas 5 para Guatemala.

Mucho peor  y más generalizada es la volatilidad de la calidad de Instituciones Públicas en sólo 4 años (2002-2005): 51 puestos para República Dominicana, 39 para Guatemala y Nicaragua, 19 para Honduras, 13 para Costa Rica y sólo 9 para El Salvador.

En conjunto los dos únicos países del DR-CAFTA que han mostrado   tendencias claras de competitividad han sido Costa Rica y El Salvador aunque en ambos países la tendencia muestra pendiente negativa.

4. Conclusión.

 Nuestros ventajas comparativas son  mejores que lo que se pudiera deducir de estas líneas. En el año 2002 nuestra situación era muy buena en competitividad global y aceptable en calidad institucional. La quiebra bancaria del 2003 afectó sensiblemente nuestra economía y la confianza en nuestras instituciones. Probablemente dentro de dos o tres años podamos recuperar parte del terreno perdido a no ser que volvamos a ser víctimas de eventualidades naturales, de  políticas económicas ultraexpenasivas o de conductas empresariales impropias.

Para mí nuestras tres debilidades más importantes yacen en la calidad institucional del Gobierno, en la baja calidad de la educación y en el oportunista  clima empresarial. El DR-CAFTA pude ayudarnos sobre todo a mejorar el aspecto institucional y el empresarial.

Curiosamente nuestra capacidad tecnológica (no la de innovar) es pasablemente alta entre los países signatarios del DR-CAFTA.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas