La complejidad del territorio frente al ordenamiento territorial

La complejidad del territorio frente al ordenamiento territorial

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América Latina y el Caribe tienen escenarios territoriales muy complejos y variables donde se vienen recreando principios, criterios y metodologías disímiles de ordenamiento territorial por cuestión de escala, de geografía, de recursos disponibles técnicos, marco institucional-legal, participación y articulación de los actores, dimensión cultural, étnica, etc. En ese sentido resulta difícil pensar en la aplicación de una metodología estándar o rígida de este instrumento. No obstante en la evolución del marco teórico del ordenamiento territorial y últimamente en los foros internacionales sobre el tema, existen criticas referidas a su concepción y a su aplicación, porque en muchos casos mantienen esquemas o muy técnicos o esquemáticos, burocráticos, rígidos y poco funcionales a los escenarios altamente complejos y dinámicos donde se aplican o pretenden aplicarse: un factor determinante es la población, su nivel educativo, su participación, por lo que hay que desarrollar una u otra forma creativa, mecanismos y metodologías que aminoren (o compensen) estas diferencias y faciliten espacios plurales, equilibrados de diálogo y participación de todas las partes, incluso en aquellos territorios altamente heterogéneos y conflictivos. Esto de hecho es una condición sine qua non para una región tan desigual como Latinoamérica. Los cambios ocurridos a través de la historia latinoamericana, primero con la desestructuración del espacio-territorio de las culturas originarias por los europeos, luego durante la Independencia y la República y hoy con el proceso de globalización, nos muestran que la imposición de modelos de ordenamiento territorial exógenos ha acontecido y acontece muchas veces en función de episodios modernizantes, que lamentablemente fracasan por falta de políticas específicas sobre gestión territorial y ambiental y la ausencia de gobiernos comprometidos con mecanismos de concertación plural. Por eso, se han convertido en ensayos fallidos de modelos de desarrollo que siguen afectando principalmente las condiciones y medios de vida de las poblaciones locales de menores recursos. Mientras tanto el auge de las exportaciones mineras sigue limitando las posibilidades de los diferentes gobiernos de visionar un nuevo rumbo y transición hacia escenarios post-extractivistas. El caso de Chile es interesante pero los modelos seguidos por Venezuela, Bolivia y Ecuador demuestran que las opciones, para combatir el no-desarrollo, la desigualdad territorial y la pobreza son limitadas. Los eventos climáticos recién pasado producto o no del cambio climático vienen a reforzar esas premisas, a reafirmar sus condiciones regionales y locales debido a los diferentes climas y ecosistemas del continente, a la distribución y concentración diferentes de la población en el territorio nacional y a condiciones sísmicas locales.

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