La compraventa de Sandino en Barahona

La compraventa de Sandino en Barahona

MIGUEL PINEDA LÓPEZ

Recuerdos de una época inolvidable

El hermoso juego de cubrecamas, enviado desde Puerto Rico por la tía Celina, era ya bien conocido en la compraventa de Sandino, un comerciante de origen español, de poco hablar, que tenía un carácter difícil, pero era un hombre inofensivo.

El precio de la negociación por supuesto estaba preestablecido: dos pesos con cincuenta centavos, suficiente dinero para esa época en pleno apogeo de la Era de Trujillo, con lo cual nuestra familia solucionaba el problema de la comida de unos días.

Ese episodio se repetía con cierta regularidad cuando se agotaban los recursos del mes. Vivíamos con los abuelos en la calle Jaime Mota No.96 de Barahona, uno era empleado del Palacio de Justicia, con un salario de 60 pesos mensuales, la otra enfermera pensionada con 15 pesos de sueldo. Nuestra madre, doña Carmen López de Pineda, pasaba peine y en ocasiones bordaba ropa para niños.

Comparados con la inmensa mayoría se podría decir que éramos privilegiados, sin embargo, sufríamos tiempos de escasez, pero fuimos felices, disfrutamos los sueños de la niñez y adolescencia, sin adicción ninguna, con verdaderos maestros, respeto de los valores patrios, morales, familiares, amigos sinceros y leales que todavía mantenemos.

Daríamos cualquier cosa por recuperar aquellos cubrecamas que empeñábamos en la compraventa de Sandino para exhibirlos como pieza de museo, testimonios de un pasado que forjó generaciones enteras de hombres y mujeres de bien, a pesar de todas las limitaciones de la época y haber crecido en medio de una dictadura que conculcó las libertades.

El de ayer era un mundo totalmente diferente, el de hoy con todos los avances científicos, económicos y culturales pareciera que no logra la satisfacción del ser humano por las atrocidades que vemos a diario, la descomposición social, las injusticias y lo que es peor la falta de seguridad a nivel mundial, y tomemos como ejemplo Estados Unidos, víctima de una desbocada violencia doméstica.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas