El día que aparezca este artículo, el gobierno dominicano condecorará con la orden al mérito de Duarte, Sánchez y Mella al Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa.

Esa condecoración es altamente merecida por la excelente labor como escritor peruano, latinoamericano y del mundo y que los dominicanos le agradeceremos infinitamente el haber dado a conocer al mundo una de las facetas del dictador y tirano Rafael Leonidas Trujillo a través de su historia novelada La Fiesta del Chivo, que retrata como si fuera una verdadera historia lo que fue ese dictador.

Solamente unos cuantos trujillistas y neo trujillistas que no fueron debidamente penalizados, expresaron que la obra no era cierta. Qué pena que la justicia dominicana no hizo con esas personas lo que acaba de hacer la argentina que en esta semana condenó a cadena perpetua en una cárcel común,  por el asesinato de más de 100 personas, al ex dictador José Videla y compartes que ejercieron el poder en Argentina del 1976 al 1983.

Felicitamos al Ministro de Cultura por la gestión para la condecoración y al gobierno a través del presidente Fernández por acogerla. No obstante, quiero llamar la atención para que se condecore posteriormente al Ing. José Israel Cuello y a su esposa, quienes orientaron a  Mario Vargas Llosa cuando vino al país a entrevistar a parte de los colaboradores y adversarios de Trujillo lo que culminó en La Fiesta del Chivo.

El Ing. José Israel Cuello le cabe el reconocimiento también de haber motivado a otro grandioso escritor español ya fallecido, el catalán Manuel Vázquez Montalbán que como dijera Juan Marsé, fue, cito: “novelista, poeta, periodista, gastrónomo, historiador e intelectual incansable, capaz de transformar el relato policíaco en crónica del desencanto. El fútbol en filosofía política o la cocina en pensamiento de vanguardia”, para que rescatara del olvido y escribiera sobre la historia del profesor Jesús de Galíndez, quien fue ordenado a secuestrar por Trujillo en territorio norteamericano y traído al país ilegalmente para ser asesinado bajo su presencia por haber escrito la verdad del comportamiento de Trujillo.

Estas dos obras sobre las atrocidades de Trujillo llevadas a cabo por dos grandes escritores internacionales de habla hispana fueron motivadas por un hombre sencillo que desde su juventud luchó en contra de la tiranía, cayendo preso y torturado en la célebre prisión llamada la 40.

José Israel Cuello, intelectual dominicano que ha llevado  una vida austera, vertical y siempre en defensa de los mejores intereses del pueblo dominicano, merece ser reconocido con la más alta condecoración, por ser de los pocos dominicanos que han querido que la justicia actúe en los crímenes políticos desde los remanentes del trujillato y los del autócrata Balaguer, como fue su actuación en mantener vigente el expediente del asesinato del periodista Orlando Martínez.

Nuestro país, que la justicia no ha condenado a los verdaderos autores de los crímenes políticos, por lo menos debe honrar a los que como José Israel Cuello han luchado por que se condenen a esos asesinos por lo menos en el zafacón de la historia.  

Felicitaciones a Mario Vargas Llosa por la condecoración y por ser orgullo de nuestro país también, a quien debiera además concedérsele la nacionalidad dominicana también, para diluir en ella la necesidad que tuvo de asumir la española cuando su propio país le perseguía por razones políticas.