La conexión china

La conexión china

POR RICHARD LAPPER
Financial Times

Todavía pudieran preocuparse por la amenaza competitiva del abundante trabajo barato, pero los latinoamericanos están empezando a pensar bien sobre China.

Los creciente vínculos comerciales -destacados por la visita de esta semana de Hu Jintao, el presidente de China- es ahora más probable que se tomen como algo que beneficia a la región que es rica, precisamente en los recuros naturales que China necesita para mantenerse creciendo.

Walter Molano, de BCP Securities, con sede en Connecticut, uno de os primeros observadores que detectó el potencial de la relación unos años atrás, dice que el entusiasmo de China está en aumento, especialmente en el sur de la región.

 “El tema de China ha cobrado vida propia. Mientras más lejos [se vaya] de Estados Unidos, más ha pegado”, dice el señor Molano.

El hambre de China por las materias primas calza la conexión que el señor Hu va a cementar con sus visitas a Brasil, Argentina, Cuba y Chile e un viaje de dos semanas que empieza hoy.

Su economía, a pesar de los temores de una desaceleración, sigue expandiéndose en una tasa de 9.1%, mientras que se espera que su producción industrial salte en 16.1%.

Ese crecimiento está absorbiendo grandes cantidades de materias primas y manteniendo altos los precios.

Brasil está vendiendo grandes cantidades de mena de hierro de alta calidad a China. Chile y Perú le venden cobre y los agricultores del Cono sur le venden soya al vasto mercado chino. Y los productores de petróleo, como Venezuela y México se están beneficiando de los altos precios, que al menos reflejan la demanda china.

El año pasado, las exportaciones de productos básicos de Argentina y Brasil ayudaron a América Latina a producir un excedente de US$3,3 millardos en su comercio con China, contribuyendo a un 50% de incremento hasta US$28,8 millardos en el comercio bilateral general.

China es ahora el mercado de exportación de Brasil de crecimiento más rápido, con un comercio entre ambos países que se ha cuadruplicado durante los últimos cuatro años. Y a pesar de uno o dos baches en el mercado de la soya, el crecimiento continuó este año.

Las exportaciones de Argentina a China en los primeros cuatro meses llegaron a US$807 millones, 66% más que en el mismo periodo del año pasado.

Y con la demanda de los 1,3 millardos de consumidores de China creciendo rápidamente, los analistas sugieren que existe un rango potencialmente enorme para nuevos incrementos.

“Muchos países latinoamericanos están bien ubicados para suplir al mercado chino con productos agrícolas, alimentos procesados y bebidas”, dijo un informe reciente del Banco Interamericano de Desarrollo.

“En la medida que crecen los ingresos, los gustos también deberán diversificarse en China, ofreciendo oportunidades para el crecimiento de las exportaciones como vinos, café, carnes, frutas y vegetales”.

El auge del comercio de los productos básicos ha ayudado a América Latina a generar un excedente de comercio y , al menos por el momento, oculta los temores de que los manufactureros chinos de bajo costo van a arrollar a sus contrapartidas latinoamericanas, especialmente en países como México, Honduras y República Dominicana, que han construido vías de acceso extensas en el mercado de EEUU, en sectores como los textiles y la electrónica.

“Como promedio, y a pesar de algunas excepciones, América Latina es un ganador comercial claro con la integración global china”, dice el borrador de un informe reciente de BBVA, el banco español.

Muchos países están empezando ahora a comprender la necesidad que tiene China de asegurarse los suministros de materias primas ofrece la posibilidad de grandes cantidades de inversiones directas de China. Ya hay compañías chinas con participación en las minas de hierro de Perú, los yacimientos petroleros de Ecuador y las minas de oro de Venezuela.

El año pasado, cerca de US$1.04 millrdos fluyeron hacia América Latina desde China, de acuerdo con el ministerio de comercio chino. Y esa cantidad pudiera estar a punto de subir de manera significativa.

Después de hacer su noveno viaje a China en solo 18 meses, Luiz Fernando Furlan, el ministro de Desarrollo de brasil, reportó en mayo que esperaba asegurar US$5 millardos en inversiones en proyectos que van desde un nuevo ferrocarril al mejoramiento de dos puertos.

“Los chinos le están otorgando mucha prioridad a América Latina”, dice Javier Santiso, jefe económico para América Latina y mercados emergentes de BBVA, en Madrid. “Cada vez más no se trata solo de comercio, sino también de inversiones”.

No obstante, existen peligros obvios. Como fue antes, con tanta frecuencia, América Latina pudiera hacerse de nuevo demasiado dependiente de un rango estrecho de productos básicos volátiles.

Al mismo tiempo, la región pudiera verse prisionera de los propios resultados económicos de China, y resultaría seriamente lastimada si el gigante asiático tropezara.

Por otro lado, un periodo prolongado de expansión china pudiera aportarle a la región los excedentes que necesita para reducir los niveles de deuda y reforzar su estabilidad macro-económica recién ganada.

El señor Molano indica que la conexión china pudiera incluso despejar el camino para que América Latina capitalice sus fuerzas como productor a bajo costo de materias primas. Si esto ocurriera, podría abrir una vía para el resurgimiento de un modelo de desarrollo basado en el concepto económico clásico de la ventaja comparativa, en lugar de ideas más recientes como la sustitución de importaciones. Y concluye el señor Molano: “China le da una nueva esperanza a América Latina para que sea una parte viable del mundo”.

TRADUCCION: IVAN PEREZ CARRION

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