La confianza del Cardenal

<p>La confianza del Cardenal</p>

LEANDRO GUZMÁN
La decisión del cardenal monseñor Nicolás de Jesús López Rodríguez de hacerse en el país una cirugía de corazón abierto no solamente revela una gran firmeza de espíritu, sino también una confianza plena en los médicos dominicanos y en los equipos materiales de la Plaza de la Salud, con tecnología de punta que nada tiene que envidiar a las existentes en muchos países desarrollados.

El cardenal bien pudo haber seleccionado un hospital extranjero para someterse a tan delicada cirugía. Sin embargo, a pesar de que se le ofrecieron todas las facilidades para eso, prefirió ser operado en el país, lo que demuestra plena confianza en la ciencia médica nacional y constituye una muestra de su dominicanidad a toda prueba, demostrada durante su fecunda vida religiosa, que ha dejado huellas positivas en las comunidades donde ha sido el principal pastor de almas.

Todo dominicano sensato reconoce que el cardenal López Rodríguez ha asumido grandes responsabilidades al enfrentarse a sectores de Poder y grupos populares que presionan por sus intereses que no siempre fueron los mejores para el país. En tales enfrentamientos, el cardenal siempre ha sido firme en defensa de la verdad, sin transigir un ápice cuando de defender al pueblo llano, la democracia y la soberanía nacional se trata. Los ejemplos son innecesarios, pues el récord está ahí.

Es por eso que el cardenal se ha ganado el respeto de los ciudadanos sensatos, no importa el espectro ideológico y religioso bajo el cual se cobijen. Esa es la razón que explica por qué hoy día todos los cristianos estamos inmersos en la oración para que el cardenal López Rodríguez se recupere plenamente de su riesgosa intervención quirúrgica, pues en estos momentos, más que nunca, necesitamos que siga en el uso de sus plenas facultades, para que continúe su sagrada misión apostólica y podamos contar con su voz orientadora.

Es un ejemplo para el país que nuestro cardenal no haya tomado un avión para ir a operarse al extranjero, costumbre de muchas personas influyentes como él, que por cualquier ligera dolencia se trasladan a los hospitales más famosos del mundo, donde precisamente han estudiado y perfeccionado sus conocimientos numerosos médicos dominicanos, entre ellos quienes están interviniendo en la solución del problema de salud de nuestro digno prelado.

Entre esos médicos figuran los notables especialistas Freddy Madera y Pedro Ureña, asistidos por un equipo de internistas y anestesiólogos de la Plaza de la Salud, todos dominicanos de pura cepa.

Con el propósito de fortalecer el trabajo de estos distinguidos profesionales, nos hemos reunidos en grupos de oración para pedir al Todopoderoso que devuelva la salud al cardenal. En esta tarea pueden acompañarnos todos aquellos cristianos con fe, que están conscientes de que la fuerza de la oración es más poderosa que cualquier otra actividad humana.

Con la fe puesta en nuestras oraciones, no tenemos la menor duda de que el cardenal se recuperará, para beneficio de la República Dominicana y de todos sus habitantes.

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