La confianza: un eslabón poco apreciado

La confianza: un eslabón poco apreciado

“No puede haber amistad sin confianza, ni confianza sin integridad”. Samuel Johnson.
En ocasiones anteriores, señalábamos la importancia de la confianza en el ámbito social y en el desarrollo sostenible de las sociedades. La confianza es el pilar más importante del empoderamiento, siendo, a la vez, la solución de la crisis en la que se encuentra el mundo, por desaceleración de la economía, el desplome del petróleo, el calentamiento global, las guerras, los conflictos sociales, pobreza, la desigualdad.
Cuando alguien requiere mi opinión sobre algún aspecto, me gusta contestar de esta forma: no me traigan problemas, sino soluciones, un cambio en la forma de comunicar que inspire a los demás hacer lo que saben, superar la etapa de conflicto, inquietudes, quejas y así dirigirse, con toda la confianza, hacia la solución.
Se preguntarán: ¿por qué la confianza? Muchas personas han perdido la confianza. Contribuye a ello, las guerras, los conflictos sociales, la violencia contra la mujer, la pobreza, la desigualdad. En Europa, el número de xenófobos crece cada día. Enfrentándose a una ola potente de inmigrantes. Los europeos han perdido la confianza en sus líderes. En Francia, Marianne Le Pen, líder del Frente Nacionalista, tiene por encima de un 30% de popularidad; en Suecia, las últimas elecciones fueron ganadas por nacionalistas; en Alemania, Holanda y Austria siguen creciendo en popularidad los nacionalistas de derecha.
En los Estados Unidos, las personas se enfrentan a un dilema de confianza al pensar que Donald Trump o Ted Cruz pueda llegar a tener el más alto cargo del Estado: presidente.
En cuanto al bienestar financiero, existe una enorme desigualdad en las sociedades que destruyen tanto la parte del equilibrio económico como el sentido de la justicia. En Estados Unidos, un alto ejecutivo llega a ganar un sueldo cerca de 200 veces más alto que el de un trabajador corriente.
Y si todavía cuestionamos la importancia de la confianza, comentaré un aspecto más, tan importante como necesario, descrito muy bien por el conferencista Borja Vilaseca: el capital humano.
Como economista, estoy de acuerdo con su opinión: el capital humano es el bien más importante en el día de hoy y en el futuro para una empresa y para la sociedad. Y el motor del capital humano es la confianza.
El camino hacia la confianza nos hace más conscientes de las decisiones que tomamos cada día, sea de adquisiciones o relacionadas a las interacciones sociales. La confianza se construye cada vez que tomamos una decisión consciente, cada vez que nos sinceramos con nosotros mismos y no tratamos de buscar una excusa para algo que nos falte o que no nos conviene. Voy todavía más lejos: que nos sinceremos en no tomar una decisión antes de que fuera su tiempo o necesidad – razón primaria del extremo consumismo mundial en el que nos encontramos enredados.
Para comenzar nuestro camino hacia la confianza, Borja nos recomienda como un primer paso, que aprendamos de los lideres conscientes: Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Nelson Mandela o el Dalái Lama – son los más conocidos. Me refiero a que aprendamos de sus vivencias, que cuestionemos nuestro sistema de creencias, es la razón por la que, cuando queremos cambiar, no podemos. Es tiempo de que desarrollemos nuestros pensamientos propios, el conjunto de reglas éticas que nos guían y con el que estamos de acuerdo, sin esperar que llegue otra persona que decida por nosotros. Con esta idea me refiero, de nuevo, al empoderamiento. Para empoderarnos debemos educarnos de manera adecuada.
En este camino hacia la confianza, quiero traer otra reflexión que los tantos años de servir mi país me dejaron: lo que hacemos, nuestra forma de actuar y de vivir es necesario para poder influir en los demás. Para tener confianza necesitamos ser escuchados y que los demás puedan ver, en nosotros, a una persona justa, en la que se puedan confiar. Y con ello, crecer.

Investigadora asociada: Natalia Dorca.

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