El imperio Mongol llegó a ser en su momento, el imperio con tierras unidas más grande del mundo conocido hasta esa época. Se estima que tuvo una extensión territorial del tamaño del continente africano; esto gracias al gran conquistador mongol Genghis Kan, un guerrero y estratega sanguinario que sin piedad y con mano de hierro logró unificar las tribus nómadas ubicadas en el norte de Asia. Luego de tener la casa en orden, se dedicó a conquistar todo territorio contiguo a lo que hoy llamamos Mongolia. El Gran Kan, conquistó desde Europa Oriental hasta el océano pacifico, y desde Siberia hasta Mesopotamia (tierra entre ríos) lo que hoy conocemos como Irak. Entre sus principales conquistas estuvieron: El Reino Chino de Xia Occidental, El imperio de la dinastía Jin, el imperio Corasmio, Asia Central, Persia y lo que hoy se conoce como Afganistán.
Kan, utilizó la guerra psicológica y la implantación del terror en cada territorio que conquistaba; los mongoles comandados por él, realizaban matanzas colectivas allí donde llegaban, todo esto para infundir el miedo y el pánico en lugares aún no conquistados. El Gran Kan tenía muchas mañas y con ellas conseguía el resultado que buscaba (conquistar territorios). Sus adversarios nunca supieron a ciencia cierta cuántos soldados tenía su ejército.
Genghis Kan, confrontó a sus aliados y logró imponerse para colocarse como el gran conquistador del Imperio Mongol. Algunos hoy en nuestro país, parece que leyeron la historia del Gran Kan y buscan imitarlo; los “Leonelistas” no escatiman esfuerzos, ni pierden la más mínima oportunidad para “entrarle” al gobierno del PLD en esta ocasión dirigido por Danilo Medina ; pero ¿Qué quieren conseguir apretando tanto la tuerca? Tal vez conquistar con la confrontación, sacar pecho y decir estamos aquí, listos para la guerra. Parecería que la paciencia y la prudencia se esfumaron de algunos cuerpos. Sólo decirles que el hoy Presidente de la República, en 2012, para poder colocarse en el lugar donde se encuentra no los confrontó, hizo totalmente lo contrario.
¿Por qué ustedes no usan otra forma para intentar colocarse?
La puerta que abre la llave de la confrontación, puede ser que los lleve a un laberinto con una salida que tal vez no sea de su agrado…