La consigna es: ¡Todos con velas!

La consigna es: ¡Todos con velas!

Debemos salir con velas a exaltar la justicia, a promover el régimen de consecuencias y el imperio de la ley. Salgamos con cualquier tipo de vela, pero hay que salir. Manemos como brota el agua de lo más profundo de la tierra, con velas de adviento en nuestras manos, salgamos con velas aromáticas, velas japonesas, velas de colmados, pero salgamos a decirles a esos que han desvalijado los bienes del Estado dominicano, que no es justo poner a todo un pueblo a sufrir y a vivir precariamente. No es ético ni moral, que debido al robo mayúsculo los productos de primera necesidad son alterados, y se crea un ambiente de inseguridad ciudadana. No es aceptable crear una mala educación, mientras que otros funcionarios devoraron de forma incalculable los recursos que servían para levantar la dignidad de las familias dominicanas y proveer los productos básicos y prioritarios. Debido a esta mala y pecaminosa práctica, la consigna es: ¡Todos con velas!

Debemos salir a promover la justicia, motivar cualquier acción rescatista de la procuraduría, y todos juntos aplaudir para que los jueces, fiscales y cada uno de los protagonistas del engranaje de la justicia en la República Dominicana hagan un ejercicio profesional a favor de toda la sociedad. Ya debemos parar esta híper corrupción. No debemos quedarnos tranquilo frente a lo que es condenable; a veces, el silencio es la peor mentira y si mentimos no somos dignos de dirigir y administrar los recursos del Estado. Todos con velas, debemos promover el imperio de la ley y el régimen de consecuencias; además, promover la recuperación de los recursos robados y que esos bienes sean usados en beneficio del pueblo y para solidificar aquella confianza que se ha perdido. No podemos permitir que la mayoría de la población gane salarios paupérrimos, cuando otros ganan, perdón, se roban, cientos de millones de pesos en menos de 72 horas, creyéndose los árbitros y dueños del Estado dominicano. Es muy vergonzoso para un buen empresario poner su tiempo, su capital, su familia y su salud, para luego ganar mucho menos que un funcionario o un mal político que no ha puesto nada, sino que sustrae “de la nada” el todo de todos nosotros. Por eso promuevo que cada dominicano salga con una vela, y si es de bengala mucho mejor, para señalizar los lugares peligrosos y oscuros creados por la corrupción. La consigna es: ¡Todos con velas!

No debemos permitir que los partidos nos mal gobiernen, ellos existe para administrar los bienes del Estado. Cualquier acción negativa o depredadora de ellos, afectará nuestra propiedad colectiva, nuestro estado emocional y aun la privada; de hecho, afectará a sus propias familias. Debemos apoyar la continuidad del régimen de consecuencias sin importar que partido esté gobernando, sin politizar el tema y la práctica de la justicia, sin tomar en cuenta quién está pagando la consecuencia. Se podría dar el caso, que este artículo sea juzgado como una forma de apoyar a un sector político; y aceptamos esa equivocada percepción, lo que nunca debemos aceptar es la corrupción que está desgarrando la piel del ciudadano dominicano. Sea de este gobierno, o de cualquier otro, debemos promover el régimen de consecuencias, como una forma de reducir las garras que flagelan y desfiguran el cuerpo virgen de nuestra democracia. Por eso a todo pulmón, la consigna es: ¡Todos con velas!

Meses atrás, leí un artículo en el periódico Hoy, escrito por la periodista Millizen Uribe, donde ella hacía referencia a la conducta de las personas responsables de la procuraduría general; en ese artículo ella plasmaba la gran verdad de que la mejor forma de conocer a los funcionarios era tomando en cuenta lo que cita la biblia: “Por sus frutos los conoceréis.” Y terminaba la frase diciendo: “Efectivamente, a ambas las preceden sus hechos.” Ellas están tratando de hacer lo mejor, a pesar de todas las presiones sociales e intereses partidario. En una cosa debemos estar claro, y esta es, que nos han engañado por generaciones. Por lo menos debemos diezmar ese comportamiento, aplicando todo el peso de la ley; pero como pueblo debemos sumarnos a la verdad, si no lo hacemos, seguiremos sufriendo pudiendo cambiar el panorama. En el 2011 un candidato a la presidencia expresó de forma pública que «El que roba, no quiere que le digan que es ladrón, y si lo acusan, entonces dicen que es política la acusación.” Luego de llegar a la presidencia, esa persona no ha querido admitir que amigos y funcionarios incurrieron en actividades ilícitas que afectaron, hasta el día de hoy, el desarrollo de muchas familias dominicanas. Esta es la razón por la cual no debemos creer en palabras, debemos creer en la trayectoria, en el carácter y en la integridad de aquellos que desean y están administrando los bienes del pueblo y del Estado dominicano.

Cada vez que escribimos, intencionalmente queremos resaltar la política sería, por eso no queremos que este escrito caiga en el vacío, es tiempo que las iglesias, clubes, juntas de vecinos, empresarios, obreros, artistas, profesores y todos los sectores que forman el Estado dominicano, se levanten de forma articulada para promover el régimen de consecuencias. Ya no hay que poner espejos en las azoteas para que los aviones de bombardeos no nos alcancen; pero sí salir con velas y luces para diluir la lluvia ácida de la corrupción. Salgamos con velas, y aquellos que no tienen una vela, salgan con una lámpara frente a su casa, salgamos con linterna, con la luz del celular, y así, proyectar rayos de luz que opaquen la oscuridad que nos turba y nos desintegra. Quejarnos no generará un cambio sustancial, más que quejarnos, debemos unirnos y encarnar la consigna que generará un antes y un después. La consigna es: ¡Todos con velas!

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