La contaminación ambiental

La contaminación ambiental

En países como los nuestros, donde las precarias condiciones de vida y de existencia sólo permiten sobrevivir y luchar por el día a día, hay un aspecto de la salud pública, que nos afecta a todos, y al cual se le presta muy poca -o ninguna- atención. Me refiero a la contaminación ambiental.

Aunque al transitar por calles, avenidas y carreteras no parece que lo sintamos e incluso aunque creemos que no nos afecta o perjudica nuestra salud, la excesiva emisión de gases y humo de los vehículos de motor, sin filtros adecuados, con todo tipo de escapes, sin ningún control, unido al casi permanente acumulo de desperdicios sólidos y al humo de fábricas, empresas citadinas e industrias, todo ello contamina la sangre y los pulmones de las personas.

Los médicos que ejercen la medicina natural, practican un examen, basado en la saliva y la orina, llamado BTA, mediante el cual se determinan los niveles de contaminación, por plomo y metales, en la sangre y, por ende, en el organismo, con lo que se abre la posibilidad de tratamientos que nos eviten las terribles consecuencias de dicha contaminación.

La medicina natural cuenta con productos que son capaces de desintoxicar el organismo. Expertos en la materia, como el doctor Torres de la Paz, toda una autoridad que brinda sus servicios desde el Centro Cumbre de la Salud Natural, está permanentemente preocupado con esta tendencia a la contaminación y brindan servicios de excelencia para curar esos males.

Si el humo del cigarrillo perjudica nuestra salud, si ello afecta todo el organismo, imaginemos, al caminar, por ejemplo, qué cantidad de tóxicos absorvemos, respiramos e interiorizamos con los miles de vehículos destartalados que emiten monóxido de carbono en grandes cantidades, día y noche.

Mi experiencia personal es interesante. Cada tarde, caminaba, en los alrededores del residencial donde vivo, en el ensanche La Fe, durante una hora, pero siempre mostraba preocupación por el humo excesivo del intenso tránsito vehicular de la zona. En efecto, tras mi visita al doctor Torres de la Paz, acordamos cambiar de zona de ejercicios, irme al parque Mirador del Sur, donde la vegetación ofrece un aire más puro y menos niveles de contaminación ambiental.

Son muchos los problemas respiratorios, circulatorios, sanguíneos y de otras índoles que se derivan de la contaminación ambiental, por plomo y metales en la sangre, además de la basura acumulada, el humo de los vehículos y de las empresas. Uno pasa por alto este hecho, pero, aunque no somos médicos, todo lo humano nos importa, y por esa razón producimos el presente artículo, para alertar a la población sobre los perjudiciales efectos de la contaminación del medio ambiente.

Y es por ello que, lejos de cortar los árboles y de cercenar las áreas verdes, debemos fomentar su siembra, cuidado y conservación, para que quienes vivimos en la ciudad contemos con un aire más limpio, con menos contaminación y, por ende, con una mejor salud y mayor calidad de vida.

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