La contaminación fecal del polígono central

La contaminación fecal del polígono central

Siempre es de actualidad airear la situación de la contaminación del polígono central de la capital, que por la inexistencia de un sistema de alcantarillado, el manto freático de las aguas subterráneas  ha sido contaminado,  y ya ocasionan  problemas de salud, debido a que esa agua fecal es extraída por  bombas sumergibles para uso en las torres con decenas de apartamentos.

Existen los temores de una probable contaminación masiva, que ya está en proceso, de todas las aguas subterráneas de la capital, por el peligro que representan los efluentes de centenares de  pozos  filtrantes, descargando al subsuelo un agua servida, proveniente de las cámaras sépticas  que sirven a torres residenciales  y viviendas individuales, en donde no existe sistema de alcantarillado.

La solución para el caso de importantes zonas de la capital sin alcantarillado y de cuyo subsuelo se extraen miles de galones de agua mediante  bombas sumergibles, es necesidad urgente,  pero que vaya de acuerdo a una realidad económica  y social, evitando provocar serios traumas de ver importantes calles destruidas. Un sistema de alcantarillado, con sus excavaciones de zanjas para las tuberías, resultaría muy traumático. No sería alarmista que un sistema de alcantarillado para el polígono central costaría más de tres mil millones de dólares, aparte de los inconvenientes de tránsito por muchos meses en las zonas afectadas.

La falta de previsión obligó, en la medida que la ciudad crecía sin planificación, que se fuera obviando la construcción de alcantarillados, tanto pluvial como de aguas servidas, agravando la calidad de  vida de la ciudadanía.

Existen sistemas modernos para enfrentar esa falta de alcantarillado,  asegurando que el  efluente de los sépticos  sea adecuado para su uso. Por tanto, es bueno conocer de la existencia de sistemas muy eficaces que resuelven ese problema de la falta de alcantarillado. Ellos procesan  un volumen apreciable de agua servida. Este sistema tuvo su origen para tratar el agua servida  en los grandes portaviones nucleares norteamericanos,  que con tripulaciones superiores a los seis  mil hombres y mujeres, necesitaba de un sistema que evitara que el agua servida fuera a parar a los océanos, como era  la costumbre del pasado. 

El sistema de tratamiento aporta, mediante bombas, el envío de aire directamente a una cámara dentro de un séptico, para que en un proceso aeróbico, las bacterias que se forman ataquen directamente a los sólidos  que llegan al séptico para  “devorarlos”, convirtiéndolo en un líquido inocuo y que se podría utilizar en la superficie  como agua para jardinería, lavado en sanitarios o enviarlos  al subsuelo, sin contaminar el agua subterránea.

Este sistema rápido de tratamiento de aguas servidas ha sido patentizado  en Estados Unidos y permite su uso en hoteles, hospitales y hasta torres  donde vivan más de 100 personas con más de 20 apartamentos, procesando más de 9 mil galones por día,  de manera que en los sépticos no se acumulen lodos  o residuos, ya que las bacterias generadas por la presencia del oxígeno destruyen los sólidos.

Las plantas de tratamiento  existentes en la capital, casi todas  en desuso,  destruidas  por falta de mantenimiento, deben ser rehabilitadas, para evitar que un volumen tan grande  de aguas negras y pluviales  vaya  a parar al mar Caribe, que por la acción de tanto años vertiendo  desperdicios y aguas cloacales al mar, ha borrado casi por completo  la vida marina de todo el litoral capitaleño. 

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