La bióloga Yolanda León advirtió que el futuro de la tortuga Güibi, que ha puesto más de 200 huevos en la playa de Güibia del Malecón de esta capital, es incierto porque está amenazada por la codicia y la ignorancia de muchos que podrían comercializar su carne o sus huevos por creer que son afrodisíacos.
Señala además que la contaminación de esa playa por los residuos que trae el río Ozama más las salidas de alcantarillas y las luces de la ciudad hacen de Güibia un lugar inhóspito para su anidación.
Güibi es una tortuga carey que viene cada dos años a poner sus nidos, pues esta especie regresa a poner sus huevos a la playa en que nacieron, explica León, profesora investigadora del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), del Grupo Jaragua y representante nacional de la Red Caribeña de Conservación de las Tortugas Marinas.
León cree que lo más importante es que se permita a Güibi sobrevivir, anidar en paz hasta que complete todas sus puestas de nidos de la temporada (que pueden ser 4 a 5 nidos, cada 14 a 21 días), y luego se vaya a su hogar, que puede estar en cualquier lugar del Caribe, desde arrecifes de Centroamérica, las Bahamas o Puerto Rico.
Amenazas. León recuerda que hace cuatro años Güibi salvó su vida de casualidad cuando unos jóvenes, que se encontraban cerca del Club de Profesores de la UASD, la detectaron y la capturaron entre varios y la estaban intentando meter en un taxi, cuando apareció Víctor Peralta, el supervisor nocturno del restaurante Adrián Tropical, quien con la ayuda de un agente de Politur pudo liberar a la tortuga de una muerte segura.
También destaca que cuando la tortuga puso sus primeros 215 huevos había un interés generalizado por éstos y muchas personas pedían que les regalaran algunos, bajo la falsa creencia que son un remedio contra la disfunción eréctil.
Apunta que, por tanto, es muy alta la cantidad de personas no sólo ignorantes, sino dispuestas a pagar o comercializar con un bien cada vez más escaso, aún tratándose de una especie en peligro crítico de extinción, cuya reproducción es lenta y complicada.
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Apoyo
De León aprovechó la atención mediática que ha logrado Güibi para pedir más apoyo a los programas de conservación que se están llevando a cabo en el resto del país, donde la presión que se hace para preservarlas hace que tengan que mantener una vigilancia constante y un personal de suma confianza en todas las playas de anidación, sin prácticamente ningún apoyo del Estado dominicano ni de la sociedad civil.